Por supuesto, los argumentos sobran. Pero la realidad es que, se acepte o no, la actitud de la Suprema Corte de Justicia en torno a la tragedia en la guardería ABC de Sonora es un golpe enorme a la credibilidad y respetabilidad de la estructura de gobierno. Más allá de los planteamientos jurídicos, es obvio que la mayoría de la plantilla de magistrados eludió la realidad del problema. Y con ello, aparece como una entidad sometida a las presiones del Ejecutivo Federal y por supuesto, alejada de todo lo que pueda significar claridad ante una sociedad que día a día, se encuentra más alejada del gobierno. Pero una cosa es que la Corte no condena y otra, muy diferente que el gobierno pueda presumir la permanencia en sus cargos como secretario de Comunicaciones y director del IMSS de Juan Molinar y Daniel Karam, respectivamente. Para un gobierno que en campaña se comprometió a mantener las “manos limpias” y la “mano firme”, los sucesos de Sonora, que a querer o no, deben sumarse a Pasta de Conchos y los golpes al sindicato minero, se convierten en un lastre que daña, irremediablemente, el mensaje ético de la actual administración. Molinar y Karam pueden por supuesto, mantener sus cargos y hasta presumir que la Corte no los condenó. Pero ante la sociedad son y seguirán siendo, parte del mensaje de impunidad que el propio gobierno presenta como parte de su accionar… Y curiosamente, al tiempo que la Corte deja libre la vía de la impunidad absoluta y justo cuando la ola de violencia en todo el país se eleva de manera indignante, el gobierno federal anuncia que se lanzará una campaña oficial a nivel internacional, para mejorar la imagen del país. Por lo visto, el gobierno supone que los miles de muertos que se han registrado en la nación en los tres años y fracción que llevamos de “guerra” contra la delincuencia organizada, son un problema de imagen que puede remediarse sólo con un poco de publicidad. El gobierno olvida que su discurso en este caso, es de origen, fallido. Es mentira que los muertos sean sólo delincuentes o que los inocentes asesinados en los múltiples enfrentamientos, puedan ser considerados sólo como “daños colaterales”. Es mentira que la sociedad no se deteriora con estos choques. Y es evidente que al tiempo que se evade la responsabilidad en el problema, se quiere que la sociedad olvide que el “estado de derecho” no permite el asesinato. Esto es, no importa que quien dispare sea un delincuente y que quien muere también. Se trata de mucho más de 20 mil muertes en poco más de tres años y no hay responsables en la inmensa mayoría de esos crímenes. Y ello, se reconozca o no, arroja un saldo terrible de impunidad. Así, una campaña de publicidad ¿es suficiente para convencer a los inversionistas para que arriesguen en el país no sólo su capital, sino también sus bienes y sus personas? La imagen del país en el exterior no es producto de campañas negativas, ni de los medios de comunicación que dan a conocer lo que sucede en la República. La mala imagen responde a una realidad. Y esa realidad no mejorará sólo con discursos o con campañas publicitarias… Por fin, después de más de tres años de iniciada la actual administración, el gobierno federal parece haber entendido que el combate al narcotráfico debe tener como objetivo central, el control del dinero proveniente de esta actividad. Se ha determinado controlar la compra venta de dólares como primer paso para evitar al famoso lavado de dinero. Pero por más que esto tenga algún efecto, parece no ser más que una decisión que pretende crear imagen, más que resolver el problema. El dinero ilegal no se encuentra en este punto. Las grandes cantidades de dólares que llegan al país como parte del narcotráfico se destinan a inversiones de otro tipo: y es ahí en donde aún no se actúa en consecuencia… Y en tanto, Santiago Creel se declaró ya listo para luchar por la candidatura del PAN a la Presidencia de la República. El senador panista se coloca de esta manera a la par de Josefina Vázquez Mota. Y por supuesto, se convierte en un aspirante por “fuera” de la línea de Los Pinos. Creel pretende que los panistas le den su apoyo, en el entendido de que el grupo de la presidencia no ha respetado “al partido” ni parece dispuesto a lanzar como abanderado a un representante real de los intereses blanquiazules. Creel podría llegar a ser un verdadero dolor de cabeza para el grupo en el poder, por más que mucho tendría que batallar para realmente poder alcanzar sus objetivos. Después de todo, el poder es el poder.
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