Opinión

Cartas del lector

Hoy los ciudadanos tenemos un compromiso mayor, sobre todo con la educación y con los instrumentos de ésta, hace apenas unas semanas la Fundación que tengo el honor de representar, en conjunto con aliados muy valiosos, propuso la adopción de la Biblioteca Sor Juana Inés de la Cruz de Tlalnepantla de Baz, lo que comprendía la digitalización, la modernización estructural, la colocación de computadoras (no muchas sólo 3) con internet, mejorar las condiciones del interior del edificio. Para ello recabamos información en diferentes instituciones, hemos preparado alianzas con empresas y todo esto sin costo para el municipio, ni para los contribuyentes. Tras tenerlo claro, se propuso al gobierno local de Tlalnepantla de Baz.

La propuesta fue muy mal recibida por las autoridades municipales, sobre todo por el encargado de Bibliotecas, Héctor Alexandro López Juárez, quién de inmediato nos prohibió el acceso al inmueble al que nos disponiamos a rehabilitar, a su vez el señor Cristóbal Guadarrama Zepeda, director del Instituto Municipal de Cultura, no ha respondido a nuestra solicitud para recibir una explicación, mismo que libraría de las innumerables goteras, de las malas condiciones del mobiliario, de los vidrios rotos en puertas y ventanas e incluso de los árboles que han crecido al interior de la descuidada y empobrecida biblioteca Sor Juana Inés de la Cruz. Desafortunadamente, ante su negativa, el único que resulta dañado es el pueblo, ese al que los servidores públicos les deben el sueldo.

Se nos ha informado, que la razón por la que no desean que se ejecute el proyecto es porque, según Guadarrama, pertenecemos al grupo de Víctor Pérez Parafán, quien a su vez vive convencido que la Fundación apoya los intereses del diputado Pablo Bazañez García, mismo que tuvo oportunidad de amezarme a través de Julián Ortega Cerezo, uno de sus porros favoritos, porque dice somos del Grupo Atlacomulco. Yo no tengo partido ni color, tampoco tengo interés político alguno, no invertiría en bibliotecas si lo tuviera, resulta un insulto a mi labor que se me descalifique así. Lo peor es que el municipio no vive una vida institucional, sino que está sometido al capricho y antojo de diversos grupos rapaces, corruptos y hambriados.

Espero desde lo profundo de mi persona, que Arturo Ugalde no esté enterado de esto, me decepcionaría mucho que lo estuviera; le lanzo el reto (porque mi calidad de ciudadano, me lo permite) de que en un plazo de 90 días ponga en orden esa biblioteca, porque si su gente no considera que necesite de la ayuda de la sociedad civil, es porque él se los ha permitido, aún cuando dice tener un gobierno abierto a la ciudadanía, lo apercibo a que mejore las condiciones de dicho inmueble y si lo último es demasiado para él y su gobierno, entonces al menos que coloque los focos de las lámparas.

Enrique García Guasco.
enrique.garcia@guasco.org
direccion.general@revistaverdad.com

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