(Segunda parte)
Martín Lutero, sacerdote de la Orden de los Agustinos y padre de la Reforma Protestante, nació a una vida nueva cuando leyó en Romanos 1:17 “…Mas el justo por la fe vivirá”. Por tanto, decía Lutero: “sentí que había nacido de nuevo y que las puertas del paraíso me habían sido franqueadas. Las escrituras cobraron un nuevo sentido. Y a partir de entonces, la frase “la justicia de Dios” no me llenó más de odio, sino que se me tornó en indeciblemente dulce en virtud de un gran amor”. Para Lutero, “la justicia de Dios” es la que tiene quien vive por la fe, no porque sea en sí mismo justo, o porque cumpla las exigencias de la justicia divina, sino porque Dios le da este don.
Ante esta experiencia y ver lo que se hacía con la salvación de las almas, escribió sus 95 Tesis que el 31 de octubre de 1517 clavó en la puerta de la Catedral de Wittenberg. Esto ponía en peligro los proyectos de los poderosos religiosos. Los impresores produjeron gran número de copias de aquellas tesis y las distribuyeron en toda Alemania, causando un tremendo impacto. Alberto de Brandenburgo, quien había obtenido un tercer obispado del Papa a cambio de 10,000 ducados, le envió una carta pidiéndole que interviniera. A su vez el emperador Maximiliano se encolerizó por las enseñanzas del monje impertinente y así, empezó la lucha. Algunas de estas tesis son:
Núm. 6 “El Papa no puede perdonar culpa alguna si no es declarando y confirmando que ha sido perdonada por Dios…”.
Núm. 51 “Y cierto es que el Papa debería dar de su propio dinero a los pobres de quienes los vendedores de indulgencias lo exprimen, aunque tuviera que vender la Basílica de San Pedro”.
Núm. 82 “¿Por qué el Papa no deja vacío el purgatorio en acto de santísima caridad y en atención a la suma necesidad de las almas (motivo de lo más justificado) si con el funesto dinero destinado a la construcción de la Basílica (motivo de lo más banal) redimen infinitas almas?”.
Con estas tesis y muchas predicaciones y libros Lutero pronto encontró amigos fieles y enemigos encarnizados. La ira más grande vino de Roma, donde el Papa pronto lo excomulgó. Lutero fue escondido por sus amigos para de allí salir a emprender la Reforma de la Iglesia y de la sociedad. La Reforma, de acuerdo con José Luis Montecillos, trajo este impacto en la gente:
1. Un conocimiento verdadero del Dios vivo, debido al énfasis que se da de la Palabra de Dios. Los reformadores enseñaban que sólo la Biblia es regla de fe y que no había que aceptar nada fuera de ella.
2. Un conocimiento de que la fe religiosa debe ser racional e inteligente. Los reformadores, aunque subordinando debidamente la razón a la revelación, reconocían a la razón como un don divino y demandaron un credo, una disciplina y una adoración que no violase la naturaleza racional del hombre.
3. Un conocimiento objetivo de cómo tener una religión personal. Los reformadores dirigían al adorador sólo hacia Dios como el objeto directo de oración, al dador de perdón y gracia. Traían a cada alma a la presencia de Dios y a la comunión de Cristo.
4. Un conocimiento maravilloso de tener una religión espiritual. Los reformadores proclamaron que los hombres son justificados, no por las formas y experiencias externas, sino por la vida interna espiritual, “la vida de Dios en el alma de los hombres”.
5. Esta Reforma también impactó secularmente la sociedad, pues a partir de entonces se tomó conciencia de la separación de la Iglesia y del Estado. Es decir, ya no más subordinación del Estado a la autoridad del papado y de la Iglesia. ¿Será ésta la génesis ideológica que llevó a don Benito Juárez a expedir las Leyes de Reforma que nos permiten gozar de libertad de cultos en nuestro país? Usted, ¿qué opina?
*Pastor de la Iglesia Cristiana Interdenominacional, A.R.
2a entrega del serial de @MiAmbiente sobre la vida de Martín Lutero http://bit.ly/9gTQzZ