NOTICIAS DEL IMPERIO (3)
El triste ocaso de un sueño que no logró cristalizarse.
El nacionalismo institucional convirtió en meras leyendas las acciones emprendidas por el gobierno del segundo Imperio, que además en aras de encumbrar la soberanía nacional crearon al héroe, al defensor imbatible y llenaron de bustos y calles con su benemérito nombre cada uno de los rincones de la Republica Mexicana.
Poco duró la fantasía utópica de la instauración de un imperio progresista que con sus ideas radicales ponía en riesgo los numerosos intereses mundanos de la Santa Iglesia Católica en México, así como de los conservadores ufanos de ver restaurados sus derechos como nobles a exigir tierras y prebendas.
Aquellos fastuosos banquetes en los que destacan platillos como: La sopa de quenelles, las aves a la perdigueux, el lenguado a la holandesa y los filetes a la italiana, los exquisitos vinos del Rhin por la mañana, los pasteles de perones, helados de duraznos, cremas de vainilla y chocolate, conservas y confites al más fino estilo de los chefs húngaros podían preparar, y las soletas bañadas en jerez. La fascinación de Carlota por los aromáticos mangos y la vainilla, drásticamente cedieron paso a la insistente agitación de la sombra de la guerra.
Benito Juárez había orillado a la nación en su toma de decisiones hacer caso omiso de las creciente deudas exponiendo a México no sólo ante Francia, sino ante Inglaterra o España e inclusive mucho peor creó una nueva deuda a la nación para comprar municiones y artillería a los norteamericanos para defender su afán de entronarse en el poder del cual su misma salud lo eximió de pasar a ser parte de esa negra lista de dictadores, en la que comparten deshonra y figuran en la cima de la lista por sus excesos y acciones que dejaron profundas cicatrices al país como son los casos de Antonio López de Santana y Porfirio Díaz.
Los aportes filantrópicos y humanísticos por parte de la Emperatriz Carlota no tienen precedente en ninguna de las mujeres que se hayan ostentado como primeras damas de la nación.
La riqueza cultural en torno al protocolo y la forma de realizar diplomacia, de generar un acercamiento hacia la gente del pueblo, la misma que siempre había sido desdeñada por la iglesia, la aristocracia y el ejercito mismo.
El hombre blanco que haciendo uso de sus tesoros como miembro de la dinastía de los Habsburgo, pagó en gran medida la deuda contraída con las naciones europeas, trajo del Viejo Continente el primer tendido ferroviario, la electricidad para la ciudad de México, los primeros caminos financiados en busca del progreso de la nación, programas en apoyo a los agricultores. El responsable de darle la majestuosa belleza al Castillo de Chapultepec nombrado por él mismo el Castillo de Mira Valle. El mismo castillo que arrogantemente utilizarían los consecuentes gobernantes enfermos del poder que brinda la silla del águila.
A diferencia de lo que muchos creen durante el sitio a la ciudad de Querétaro el Emperador Maximiliano se desprendió de cualquier objeto de valor que portase, para poder mitigar los efectos de la hambruna ocasionada por las tropas juaristas hacia la población civil.
Triste fue saber que el hombre benemérito no pudo tener amnistía alguna contra su adversario. Su recuerdo borrado de la historia nacional, el soñador que tuvo la visión de una auténtica nación progresista.
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