Comencemos por la definición de la Real Academia de la Lengua. Violencia: acción y efecto de violentar o violentarse. Aplicar medios violentos a cosas o personas para vencer su resistencia. Agresión (manifestación de la violencia), acto de acometer a alguien para matarlo, herirlo o hacerle daño. Acto contrario al derecho de otra persona.
¿Será que la violencia es connatural al ser humano? Respóndalo filósofos, antropólogos, psicólogos, sociólogos, científicos afines. Independientemente de la contestación, la gente ajena a los violentos ve, vemos, con preocupación, manifestaciones crecientes de ese fenómeno que nos agobia, nos aparece, agobia, cada vez más, en el acontecer diario. Hoy se presenta en acciones relacionadas a trágicos acontecimientos que conmueven a la nación y al mundo.
Ayer, víctima de violencia fue el senador Alejandro Encinas, del partido… del partido que sea. Ocurrió en la capital de mi estado, Veracruz, Xalapa. Me hace sentir acongojado. Xalapa es una espléndida ciudad, hospitalaria, de gente amable, sede de una Universidad de prestigio mayor. Lugar de excelentes expresiones culturales. Por ello me sumo al sentimiento de repudio de los hechos del también senador Héctor Yunes Landa.
Antes fue en contra del ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas; hace unas horas sucedió en Acapulco, víctimas fueron policías que cerraban el paso a manifestantes que se dirigían al aeropuerto de aquella ciudad en la que el turismo es la actividad principal de su economía, con el propósito de establecer bloqueos. Activistas en reclamo por los desaparecidos estudiantes de la normal rural de Ayotzinapa, habían advertido sobre su propósito de plantarse en calles y carreteras, de librar de pago a usuarios del Metro en la Ciudad de México; de manifestarse en los escenarios de los Juegos Centroamericanos y del Caribe en Veracruz.
Más atrás, policías en servicio el día de la toma de posesión del presidente Enrique Peña Nieto fueron agredidos por grupos de los llamados anarquistas. De los mismos que incendiaron una unidad del metrobús en la ciudad de México y el paradero de Ciudad Universitaria, lo cual afecta a los usuarios que utilizan ese servicio con destino a la UNAM.
No hablemos de la violencia generada por el crimen organizado en la disputa por mercados, modos, rutas, plazas, poder, causante de miles de víctimas como también por miles, acaso, se cuenten los caídos por la delincuencia común. Violencia es el signo de este tiempo que nos lleva a vivir con zozobra día tras día.
Tantas son las formas de violencia que padecemos. Debiéramos acostumbrarnos a ella pareciera. Pero no, el ser humano no tiene a esa condición, a la agresión, su forma de expresión, como parte consustancial de su ser. Debemos entonces repudiarla, combatirla. En los primeros de los escenarios: el personal, el de la familia. A partir de ello en la participación social cuyas acciones están, debieran estar, encaminadas a exigir a los gobernantes en los tres poderes, en los tres órdenes, el cumplimiento cabal del mandato social: cero violencia… cero agresión, contra nuestras personas, nuestras familias, nuestro patrimonio por exiguo que sea. ¿Cuál es el patrimonio de 60 millones de mexicanos en pobreza además de la propia vida?
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