Hoy es común escuchar que “todos son iguales”, lo cual releva al PRI de la exclusividad de corrupto y comparte culpas con sus adversarios del PAN y el PRD. Pero también se dice que los recién llegados al poder superan en corrupción al Revolucionario Institucional.
Es imposible cuantificar cuánto se llevaron los priístas en 71 años de ejercer el poder y que tanto se han levantado los del PAN en casi nueve años. Obvio, ambos partidos superan a los de la izquierda fracturada, pero algunos militantes del PRD han incurrido en escándalos mayúsculos.
El sentir general es que los hermanos Salinas de Gortari y algunos exponentes del salinismo que figuraron como secretarios, subsecretarios y directores de paraestatales acumularon cuantiosas riquezas en las ventas de Teléfonos de México, instituciones bancarias, siderúrgicas e incontables paraestatales.
Individuos del sector financiero que nunca militaron en el PRI, como Miguel de la Madrid, Ernesto Zedillo, Francisco Gil Díaz, Pedro Aspe Armella y muchos otros tecnócratas ajenos a la política, realizaron cuantiosos negocios al amparo del poder.
En el Partido Acción Nacional se pusieron a la cabeza por sus riquezas Diego Fernández de Cevallos –amigo entrañable de Salinas de Gortari– Marta Sahagún y sus hijos, sin faltar Vicente Fox, quien dio rienda suelta a su cónyuge y a sus hermanos para incursionar en el Fobaproa, Procampo y otros programas oficiales.
Falta por aclarar el destino de alrededor de 40 mil millones de dólares, derivados del precio del petróleo, y la “pacata minuta” de 205 millones de dólares, “descubiertos” en la casa del chino Zhenli Ye Gon.
Hasta donde se sabe, los perredistas no han acumulado fortunas, pero se han involucrado en tremendos escándalos relacionados con el dinero, en particular quienes se enredaron con el argentino Carlos Ahumada, un vivales que desnudó a cuantos les hizo favores, sin faltar Rosario Robles.
Con ayudas del “Jefe” Diego y Carlos Salinas, Ahumada trituró al principal amigo de Andrés Manuel López Obrador, al “señor de las ligas” René Bejarano, quien figuró en el histórico video recibiendo fajos de dólares del argentino, quien fue novio de doña Rosario.
López Obrador ha cometido el grave error de mantener a su lado a René Bejarano, quien maneja varias delegaciones, entre otras la Cuauhtémoc y la de Azcapotzalco, como si fueran de su propiedad.
En Cuajimalpa, Bejarano quitó y puso gente como le dio la gana durante tres años. El jefe delegacional, Remedios Ledesma, fue una más de sus marionetas y así se explica por qué sólo dejó un millón de pesos en las arcas de esa delegación, según denuncia del nuevo delegado panista, Carlos Orvañanos.
Bejarano, dicen sus congéneres, es el principal recolector de dinero para costear las giras de López Obrador. Así se explican los afectos de amigos tan entrañables.
Así se explica por qué la república se cae a pedazos y no hay un valiente que lance la primera piedra en nombre de su partido.
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