Complicado el inicio del año por la difícil situación económica y por lo poco alentadores pronósticos que sobre ese tema se han presentado desde las trincheras de los expertos. Así, el optimismo oficial no se corresponde con los augurios que aparecen uno tras otro, en el campo internacional. La famosa recuperación anunciada por el gobierno no pasa entonces de ser un discurso que, evidentemente, tiene un carácter electoral. Pero más allá de los objetivos oficiales, los anuncios económicos externos son algo que debe tenerse muy en cuenta. Así, se calcula que este año el país registrará un avance en materia de inflación, la cual, en situaciones “aceptables”, quedaría en el rango del 5%. Esto, sumado s los problemas de ingreso y de alza en los precios registrada hasta ahora, arroja un total que puede registrar mayor enojo en la sociedad. Del mismo modo, los expertos consideran que el gobierno quiere convertir en mejoría el hecho de que por el momento, se ha detenido la caída de la economía. Es por demás sencillo imaginar lo que ocurriría si a pesar de todo, el PAN resulta vencido en las urnas. La estrategia de convertir al Presidente de la República en el jefe de la campaña panista, terminaría con la imagen política de un Ejecutivo Federal no sólo vencido, sino totalmente debilitado. Y ello simplemente, provocaría que la sucesión presidencial se adelantara totalmente con el riesgo de que el proceso quedara muy alejado de los instrumentos de control real. Con todo lo que ello significa… Y dentro de esa problemática, los intentos del PAN y el PRD por alcanzar alianzas electorales resultan ser un anuncio muy pobre para los ciudadanos. Panistas y perredistas se han lanzado todo tipo de acusaciones a lo largo de los pasados tres años. Jesús Ortega, dirigente del PRD, fue factor clave en los ataques a Felipe Calderón. Y por supuesto, fue pieza vital en plantones y marchas en contra de hoy Primer Mandatario. A pesar de ello, los panistas lo aceptan como un aliado confiable. Los panistas y los perredistas se encuentran enfrascados en una batalla política en torno a las bodas entre homosexuales y la adopción de menores por parte de estas parejas. Han chocado por el tema del aborto. La iglesia católica ha polarizado las cosas en estos temas al lado de los panistas. Y ahora resulta que quieren aliarse para ir juntos en los procesos electorales de julio próximo. No se requiere de mucho que el objetivo es sólo el poder. No hay una idea central y menos un proyecto de beneficio para las entidades en las que este intento quiere llevarse a la práctica. El PRD ataca al gobierno por el aumento en los combustibles, pero se quiere aliar con su partido en las urnas. La contradicción no puede ser mayor. El PRD ha colocado todo tipo de calificativos a Felipe Calderón. Y el PAN quiere ir de la mano de los perredistas a las urnas. La burla a los ciudadanos es simplemente, ofensiva en grado superlativo… Por cierto, conforme pasa el tiempo, los rumores sobre la “recuperación” política de Diego Fernández de Cevallos son más fuertes. Los indicios marcan que en las reuniones importantes en las que se toman las decisiones políticas en el país, el tal vez más famoso de los panistas, aparece en un sitio privilegiado. Y ello no es poca cosa. Si esto avanza, las candidaturas del PAN para julio entrante, pasarán a tener un tono diferente al registrado hasta estos momentos. Y por supuesto, ello tendría repercusiones importantes en todo lo que es el accionar del PAN.
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