Janet Napolitano
En referencia al asesinato de un agente estadunidense y otro herido, Jaime Zapata y Víctor Avila, respectivamente, en la carretera de San Luis Potosí, el gobierno de Barak Obama abrió una investigación, primero que se aclare y castigue a los autores del crimen, segundo la extradición a su país. Y dentro de su país se abrió otra investigación para conocer el arma con que se mató. Resultó que de EEUU pasó a México. Y también otras miles de armas que han asolado a los mexicanos.
Este último pasaje generó que se hiciera público, la operación “Rápido y Furioso”, armado por ese gobierno y por el cual se introdujeron a México clandestinamente más de 2000 mil armas, de alto calibre. Y llegaron a manos de narcotraficantes o del crimen organizado. Sus armas se utilizan para asesinar a sus funcionarios, como el policía y a la cónsul de Ciudad Juárez y su esposo. En México han muerto miles de mexicanos y desestabilizan a nuestro gobierno. Al pueblo lo han aterrorizado y vive bajo el miedo. El Congreso ya citó al secretario de Gobernación y otros.
Allá, el Senado abrió una investigación sobre el gobierno, empezó con una comparecencia de Janet Napolitano, titular de Seguridad. Y la comisión de legisladores critica la introducción de armas, admitiendo que han sembrado muerte y dolor. El procurador también es investigado. ¿Y en México? Sin información de la canciller, Patricia Espinoza, ni la Dirección de Aduanas, ni de la Secretaría de Seguridad Pública, a cargo de Genaro García Luna. Por eso estamos muy mal. La cifra de miles de mexicanos asesinados aumenta. Ya hay otra banda del crimen en Michoacán, bajo la insolencia de suplantación de gobernabilidad. La Republica en destrucción, día a día.
De ultima hora se supo que el gobierno mexicano fue informado del operativo «Rápido y furioso». La PGR lo niega; lo cierto es que urge una investigación.
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