El Presidente Felipe Calderón se confecciona sus problemas y su credibilidad cae a tan bajos niveles que no se le dio crédito al presunto atentado contra su vida. En tanto, una fracción panista considera al nuevo líder del PAN, César Nava, como imposición del primer mandatario.
La abrumadora derrota del 5 de julio del partido blanquiazul se debió a la infame conducción política del ahora ex dirigente Germán Martínez, en quien depositó Calderón su confianza.
Pese al sonoro revés, el pendenciero Martínez, como fue bautizado, despotricó hasta el último momento en el interior del PAN y se comenta que Calderón lo reincorporará a su primer equipo. En eso radica la principal falla presidencial, en nombrar a funcionarios menores para magnas tareas del país.
Es un gabinete “de cuates”, habría dicho el senador Manlio Fabio Beltrones. Cierto. Pero ni con los resultados electorales recientes es modificado el rumbo gubernamental.
Es indudable la amistad del Jefe del Ejecutivo con su ex secretario particular, César Nava, quien fue impulsado en Los Pinos para el liderazgo del PAN. ¿Por qué negarlo? Nadie, ni el policía de crucero, creerá que el también michoacano llegó por sí mismo.
Por ese manejo sinuoso, Nava generó adversarios, entre otros el ex líder panista Manuel Espino, el senador Santiago Creel, el diputado electo Javier Corral y muchos más.
Incluso lo desdeñó el parlanchín Vicente Fox, quien primero declaró que Nava no es lo mejor para dirigir a Acción Nacional. Luego rectificó y dijo respetar mucho al nuevo jerarca albiazul. Sin embargo, insistió, “sería mejor una opción, ahorita, mucho más fogueada”.
Nava pretende unificar a su partido, pero es una tarea complicada porque tiene en contra a la extrema derecha, la de los “Yunques” encabezada por Manuel Espino, quien pretende la candidatura presidencial panista. Tampoco convencerá a quienes desean ver al PAN distante de Felipe Calderón.
Al nuevo líder se le advierten intenciones de establecer nexos con partidos de oposición y convoca a la responsabilidad de los priístas para aprobar en el Congreso las reformas que pretende Calderón.
Un día de estos le van a responder los del tricolor si el panismo ha sido responsable con ellos. ¿O supondrá que ya olvidaron la multa de mil millones de pesos que en el IFE les confeccionó Alonso Lujambio, actual secretario de Educación Pública?
En eso y mucho más debiera cavilar el primer mandatario, antes de hacer nuevas designaciones. Y respecto al presunto atentado ¿Cuál fue el propósito al ser mencionado en la “cumbre” de Guadalajara?
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