Opinión

El Buzón

El próximo día 17 de este mes, Mancera rendirá su segundo informe de labores. Hay expectación por saber qué es lo que informará, acaso que ya tiene los nombres de los culpables del desastre de la Línea Dorada, reconocerá que siempre sí opera el crimen organizado en la ciudad o que el ambulantaje está fuera de control.

Es evidente que no hay logros trascendentes en su gobierno, si pretendía tomar la bandera de un nuevo aeropuerto y la ampliación del Metro en el DF, Peña Nieto se le adelantó y por mucho.

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La inundación que en días pasados causó estragos en Interlomas y afectó los bienes de familias de Palo Solo, en Huixquilucan, dejó al descubierto una serie de irregularidades solapadas por el gobierno que encabeza el alcalde José Neyra.

Una de ellas es la práctica de rellenar la barrancas y ríos con cascajo por parte de transportistas de carga, lo cual les deja millonarias ganancias a políticos y empresarios de la zona. El gobierno local lo sabe, lo permite y lo fomenta.

Ante el gran crecimiento inmobiliario en la zona y la necesidad de tirar miles de metros cúbicos de cascajo y tierra, un grupo de personas se ha dado a la tarea de comprar terrenos que tengan barrancas. Ya con los permisos correspondientes del gobierno local, esos cauces los convierten en tiradero de cascajo.

Cobran por viaje depositado, lo cual resulta un millonario negocio. Desperdicio que finalmente va a dar a los ríos El Borracho y San Joaquín. El resultado inundaciones nunca antes vistas, de las cuales las autoridades tienen gran responsabilidad.

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