De acuerdo a la Procuraduría de Justicia del DF, suman ya cinco las personas muertas por una jauría de perros que habitaban en las inmediaciones del Cerro de la Estrella, en Iztapalapa. No convence el señalamiento y contrasta con las declaraciones de vecinos de la zona y, sobre todo, de familiares de los occisos, quienes consideran que detrás de tales muertes está la participación de personas. El jefe del Gobierno capitalino, Miguel Ángel Mancera, prácticamente se lavó las manos y turnó el caso a la Procuraduría de Justicia capitalina, donde sostienen su versión de los perros salvajes. Sin embargo, una y otra vez los pobladores afirman que eso no es verdad, y acusan que detrás de esas muertes está la mano de personas criminales e incluso advierten que en los cuerpos hay señales de haber recibidos cortadas con algún arma punzocortante.
Mancera sabe del grave problema que tiene en sus manos y lo ha evadido. Los deudos no están conformes con la versión de su gobierno y piden se investigue a fondo.
Por otra parte, si efectivamente fueron perros salvajes los que causaron la muerte de esas cinco personas, Mancera debería estar preocupado por la proliferación de canes callejeros que hay en la Ciudad de México, pues esos ataques podrían repetirse en otras delegaciones. Hasta noviembre del año pasado la población de perros sin dueño se calculaba ascendía a 2.5 millones, cifra en ascenso pues cada año casi 30 mil se suman porque los dueños pronto deciden abandonarlos. Con esa cantidad es para alarmarse y las medidas anunciadas para contrarrestar el problema como la puesta en marcha de quirófanos móviles para esterilizarlos son una burla.
En fin, la población no está convencida del ataque de perros y menos los familiares de los occisos. Con este caso suman dos los que Mancera no ha podido resolver satisfactoriamente. El otro fue el de los vándalos exculpados tras causar destrozos en la ciudad, quienes fueron beneficiados con leyes creadas a modo por asambleístas afines a su gobierno. Mancera está decidido a perder los bonos que lo llevaron a ganar la Jefatura de Gobierno. Su credibilidad y capacidad para gobernar tiende a deteriorarse ante los ojos de la población. En el Estado de México, a diferencia de Chiapas, los alcaldes salientes gozan de impunidad pese al mal manejo de los recursos públicos que tuvieron bajo su responsabilidad. Hasta finales del 2011, por concepto de deuda los ayuntamientos mexiquenses, en su mayoría del PRI, debían 23 mil 235 millones 292 mil 300 pesos. Municipios como Ecatepec, Atizapán, Naucalpan, Huixquilucan y Cuautitlán Izcalli, destacan como los más endeudados. Qué ha pasado, nada.
No conformes con endeudar al pueblo, preparan nueva contratación de créditos, antes de ello deberían informar dónde está ese dinero y fincar responsabilidades.
Por ejemplo Ecatepec debía hasta esa fecha 2 mil 201 millones de pesos; Atizapán, 2 mil 85 millones; Naucalpan, 2 mil 18 millones; Huixquilucan, mil 853 millones, Cuautitlán Izcalli, mil 779 millones 289 mil 900 pesos. Nezahualcóyotl mil 488 millones; Tlalnepantla mil 576 millones de pesos, e Ixtapaluca 505 millones 554 mil pesos. Danza de millones mal utilizada que amerita una investigación y castigo.
alfredoibanezjuarez@yahoo.com.mx
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