La oposición, cuando el PRI tenía la Presidencia de México celebró que las instituciones electorales, como el IFE y que la conducción de las elecciones, quedaran fuera de la intervención del gobierno. La autonomía se la han asumido como logro de ellos, le niegan intervención al PRI, a pesar de que al legislarse el priismo era mayoría en el Congreso, sin su voto no habría autonomía. Por el debate de este domingo 6 de mayo, de los 4 presidenciables, estuvieron a un paso de acabar con la autonomía.
El bloque de la izquierda, junto con el PAN, clamaron por la intervención del Gobierno Federal. Bien, el estado debe apoyar al IFE, pero la gente de Andrés Manuel López Obrador se apersonaron en la Secretaría de Gobernación para pedir al secretario Alejandro Poiré, su intervención para imponer una transmisión en cadena nacional del debate. Es el deseo de AMLO y de Josefina Vázquez Mota.
La ley electoral, hecha y aprobada, por los diputados y senadores de todos los partidos políticos, no contempla la obligación de transmitir en cadena nacional. Los antecedentes es que en el 2000 y 2006 se trasmitió por el canal 5. Andrés Manuel no fue al primer debate; fue al segundo. Desde la segunda quincena de abril aceptaron los coordinadores de AMLO, de Josefina, de Gabriel Quadri y de Enrique Peña Nieto, estar en Televisa, durante el debate y luego abrir una sesión de evaluación. Son Ricardo Monrreal, Roberto Gil, Luis Castro y Luis Videgaray. Entonces, ¿por qué tanto escándalo?.
El PRI capitalino sigue dividido. Es en la lucha por delegaciones. Dicen que Cuauhtémoc Gutiérrez exige su cuota. Le dan y pide más. Es que tiene un pacto oscuro para romper la unidad priísta. El PRD está enfrentado con el PT por los cargos capitalinos. No es por partidos, Morena es la extraña. Agréguenle los dirigentes de tribus, exigiendo sus cuotas. La campaña apenas empieza. Faltan grandes ajustes; en el Edomex, aún no concluyen sus alianzas.
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