Organizar y realizar un debate entre tres aspirantes presidenciables. Lograron lo que decidieron. La ausencia de un presidenciable. Así aparecieron y se presentaron públicamente. En la Universidad Iberoamericana actuaron y reventaron una comparecencia del candidato. Con gritos de ¡Fuera. Fuera! Y otros epítetos, hasta el de ¡Asesino! Y físicamente acosarlo, acorralarlo. Con bloqueos de las vías de salida de la Universidad.
Aparecieron con máscaras de Carlos Salinas. Con una postura dicha y repetida de anti Peña. Marcharon por las calles del DF. Con consignas contra Televisa y TvAzteca. Así Irrumpieron en la campaña electoral para la elección del Presidente de la República. Asombraron. Trascendieron nacionalmente. Y los erigieron como un actuar de toda la juventud de México. Tres candidatos intocables; pero uno fue centro de su crítica y agresión. En su derecho de reconocer o desconocer electoralmente, se pusieron el collar de sectarios.
Yo Soy 132 fue sobrevaluado. Fue azuzado. Y hasta fue catarsis electoral. Los perdedores y frustrados los endiosaron en sus salvadores. Y hasta vengadores. Pero no. No son iluminados, son humanos. Talentosos y profundamente inquietos. Hasta rebeldes. Es de juventud. Los candidatos Josefina Vázquez Mota, Andrés Manuel López Obrador y Gabriel Quadri, los intocables. Su bandera política pública fue y es, contra Enrique Peña Nieto. Esta columna destaca la acción de los jóvenes. De la nada incursionaron en el ámbito nacional. Es conquista de ellos.
Pero pagaron el precio de juventud. Fueron y son sectarios. Fueron infiltrados por políticos experimentados y manipuladores. Cometieron errores de transmisión del debate. Fueron excluyentes y arrogantes. Con medios de comunicación. De televisión que les ofrecieron instalar la señal, Milenio, Televisa y Canal del Congreso. Un agregado: Las máscaras de salinismo, antitelevisa, son del perredismo a ultranza. Son jóvenes. Van a madurar.
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