Como depositario del petróleo, de la riqueza de México, se identifica a Cuauhtémoc Cárdenas. La tierra tiene ese tesoro. Cuauhtémoc es el depositario, por ser el hijo del general Lázaro Cárdenas, quien como Presidente de México, tuvo la visión de la expropiación petrolera. Pero no es por sangre. Es por estudio y dedicación. Documentado y estudioso. E innovador. Hoy Cuauhtémoc recibe la reivindicación política. Por ser el autor, de tiempo atrás, de una actualización de la industria petrolera. Y ante la intención, aun sin propuesta definida, de modernizar PEMEX y abrir líneas de inversión privada, del Presidente Enrique Peña Nieto, que movió y removió estructuras avejentadas. Cárdenas dice sí.
Es la revaloración del líder de la izquierda. Por otros líderes institucionales. De la izquierda moderna. Que admite el capital. Es otra generación. Encabezada por Jesús Zambrano. De la convulsión se gesta una línea de estadista. El del diálogo. Con Miguel Ángel Mancera. Gobierno de la Ciudad de México. Van forjando historia y creando caminos. Otra generación es Enrique Peña Nieto. Es creativo. Un nuevo método político. Es posible un nuevo México. Con su petróleo. No tiene sentido aludir a los retrógrados. Ejemplos sobran.
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