Para los que festinaron la caída de Humberto Moreira se equivocaron. El sucesor, Pedro Joaquín Coldwell, no es una perita en dulce. Es un político de peso completo. Y tomó la bandera del PRI con fuerza e inteligencia. Menos saleroso que Moreira; más visionario y contundente. Abrió la conferencia de prensa a la 8.30 de la mañana. Y desde temprano responde, aclara o denuncia. En especial al PAN y con atención al Presidente Felipe Calderón.
Tras la campaña contra el priísmo denunciando periodísticamente a tres ex gobernadores: Manuel Cavazos , Tomás Yaringtón, Eugenio Hernández, sin acción legal; Codwell tomó el informe de la Auditoría de la Federación y acusó, con cifras, al gobierno de corrupción. Luego denunció a María Luisa Calderón, Cocoa, de delitos electorales y pidió se investigue a los ex gobernadores, Ernesto Ruffo y Eugenio Elourdyy, panistas. Pedro Joaquín sabe.
Sorprendió el Presidente Calderón, el jueves en la reunión con “consejeros de Banamex”, con 700 personas, habló de economía y de democracia. Se apoyó en un formato Power Point. Y entre láminas que presentó, aparecieron los números de una encuesta y dijo: “Recientemente mandamos a hacer una (encuesta), el 19 de febrero, donde ya la diferencia es de tan sólo 4 puntos, y para el final de de la elección se cerrará a 2.5. Así que hagan sus apuestas. Esto se va a poner bueno”, (fuente periódico Reforma). Ese acercamiento de Josefina Vázquez Mota a solo 4 puntos de Enrique Peña Nieto, es una cifra extraña; pero explicable. La encuesta la mandó hacer el PAN y la pagó. Gustavo Madero la presentó días antes y ni polvo levantó. Lo hizo Calderón, como Presidente de México; armó el revuelo. El PRI, con Codwell, protestó. Y el candidato Peña, en la Cámara de Diputados hubo camorra. Menospreció encuestadoras reconocidas como Mitovzky, Ulises Beltrán, Parametría y otras, que mantienen entre 18 a 20 puntos arriba de Josefina por parte de Enrique. Y el estruendo lo acalló el mismo mandatario, en su discurso del Día de la Bandera, rectificó y dio su palabra de que será respetuoso de los resultados electorales. El PRD, Jesús Zambrano, dijo que no se entrometa y AMLO expresó no creer en las encuestas.
En la lucha electoral todos se atacan. Y al gobernador de Nuevo León, Rodrigo Medina, le va mal; pero más mal le va a la sociedad. Violencia y muerte abunda en las calles de ciudades de Nuevo León. Es incapaz de armar un buen equipo policiaco. Culpa hay del Gobierno Federal, como lo de Apodaca. Y culpa tiene el gobierno estatal. Eso pasa con el gobierno de Tamaulipas, simplemente Edigio Torre no da el nivel de gobierno que necesita el pueblo.
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