Opinión

El Reino está verdaderamente dentro de nosotros

Un día, Taulero de Estrasburgo, el místico y reconocido por todos como santo, pasó al lado de un mendigo que se encontraba sentado junto al camino, de aspecto enfermo, pobre y andrajoso. “Dios le dé un buen día amigo mío” dijo el místico. El mendigo aquel, le dio una respuesta sorprendente: “Gracias a Dios, nunca he tenido un mal día” Taulero se detuvo en seco, asombrado; entonces le dijo al mendigo: “Dios le de una vida feliz, amigo”. Nuevamente la respuesta fue aún más desconcertante. “Gracias a Dios nunca he sido infeliz”, dijo el mendigo. “¿Qué quiere usted decir?” dijo Taulero. “Bueno, dijo el mendigo, cuando el tiempo es bueno, doy gracias a Dios. Cuando llueve doy gracias a Dios, porque se que la tierra necesita la lluvia. Cuando tengo hambre, doy gracias a Dios porque entonces Dios comprende que el estar satisfecho es bendición suya. Puesto que la voluntad de Dios es mi voluntad, lo que a él le plazca, me place a mí. ¿Porque he de decir que soy infeliz cuando no lo soy?” Taulero para ese entonces asombradísimo se quedó mirando al hombre. “¿Quién es usted? le preguntó con voz temblorosa “¿quién es usted?” “Yo soy un rey” dijo el mendigo. “¿Un rey?” dijo Taulero. “¿Dónde está su reino?”.

El hombre andrajoso, sentado a la orilla del camino se sonrió y con la gravedad y tono de un verdadero Monarca dijo: “Aquí, en mi corazón”Sí amigos, necesitamos nosotros comprender esta verdad que Jesucristo pregonó hace más de dos mil años: “Porque he aquí el reino de Dios está entre vosotros” así lo registra el evangelista Lucas en el capítulo 17, verso 21.

El reino de Jesucristo no está en determinado reducto porque el cristianismo tampoco está confinado a un solo lugar. El reino de Dios se está abriendo paso a través de una fuerza espiritual en medio de nosotros, así como en los días de Jesucristo, el reino no estaba dentro de los Sacerdotes o los Fariseos, hoy día tampoco está dentro de los religiosos o de los Jerarcas de la fe, está dentro de aquellos que comienzan a aceptar un cambio de mentalidad por medio del arrepentimiento, el cual se lleva a cabo en el interior del corazón.

Si alguien llegara a decir, “¿arrepentimiento de qué o por qué?”, contestaríamos: arrepentimiento de toda una forma equivocada de vida; de acciones que nunca debiéramos haber hecho, un cambio completo de ruta, para emprender un camino diferente al que nos ha sido impuesto y que tantos perjuicios nos ha causado.

Si esto hacemos, entonces no importa si estamos a la orilla del camino, no importará tampoco si somos ricos o pobres, jamás seremos infelices, sino que seremos reyes, estaremos satisfechos y compartiremos nuestra felicidad con los que nos rodean. ¿Valdrá la pena semejante decisión? Creemos que sí, ya es tiempo de un cambio verdadero en todos los órdenes de nuestra vida, ya urge un cambio en las cuestiones de nuestra Nación, pero cambiar por cambiar no significa un verdadero cambio.

Si lo hacemos para mejorar, sí es algo maravilloso. Dicen que en la etapa más pintoresca de nuestra historia nuestros gobernantes decían “quítate tú para ponerme yo”. Mejor cambiemos a un reino, un sistema en donde la injusticia no se conozca, ni la mentira aparezca, un reino donde nuestro sueño no sea interrumpido por la tragedia ni la violencia. El reino de Jesucristo no es una oferta barata, creemos que es la única opción, entonces sí tendremos buenos días, seremos felices, seremos reyes. Que pronto sea una realidad que el reino de Dios, esté dentro de nosotros, que pronto esté dentro de nuestros corazones.

Aarón Cortés Hernández es  Pastor de la Iglesia
Cristiana Interdenominacional, A.R ser@iciar.gob

Acerca de Aarón Cortés Hernández

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