Por: Noé Díaz Alfaro*
¿Cuál es el verdadero significado de la Navidad? ¿Serán acaso las compras o la entrega de regalos? ¿Tal vez la reunión familiar o la cena de noche buena? ¿Quizá el momento para la reconciliación o saldar cuentas pendientes? ¿Estrenar un coche, una casa o realizar un viaje al extranjero? ¿O la oportunidad para bailar y alcoholizar?
Navidad viene del latín “Nativitas” y significa nacimiento; el nacimiento de Jesús, el Hijo de Dios. De ahí que el verdadero significado de la Navidad se hace patente a través de las siguientes evidencias:
Primera. El cumplimiento exacto de la profecía. Se cumple lo dicho por los profetas Isaías y Miqueas más de 700 años antes en cuanto al nacimiento y lugar de este glorioso suceso: “Por tanto, el Señor mismo os dará señal: He aquí que la virgen concebirá, y dará a luz un hijo, y llamarás su nombre Emanuel, que traducido es: Dios con nosotros”. “Pero tú, Belén Efrata, pequeña para estar entre las familias de Judá, de ti me saldrá el que será Señor en Israel; y sus salidas son desde el principio, desde los días de la eternidad”. (Is.7:14; Mi.5:2; Mt.1:23).
Segunda. La encarnación del Verbo eterno de Dios. Dice San Juan: “En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios”. “Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad”. “A Dios nadie le vio jamás; el unigénito Hijo, que está en el seno del Padre, él le ha dado a conocer” (Jn.1:1,14,18). La encarnación significa que Dios se hizo hombre. Esto no quiere decir que Dios se convirtió en hombre, sino que, permaneciendo como Dios, asumió y tomó una nueva naturaleza, es decir, la humana, uniendo esta naturaleza humana a la divina en un solo ser. Esto es, Jesucristo es verdadero Dios y verdadero Hombre.
Tercera. La manifestación más tierna y sublime del amor divino. Dios da lo más preciado de Sí mismo: su Hijo amado de los cielos. “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna” (Jn.3:16).
Cuarta. El propósito de la encarnación. La provisión de Dios al hombre de un poderoso Salvador. “…y llamarás su nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados” (Mt.1:21). Por tanto, Jesucristo, como Hijo de Dios, es el único que puede darnos perdón de pecados, salvación y vida eterna. Él se convirtió en Hijo del Hombre con el objeto de que todos los hombres pudieran convertirse en hijos de Dios. Tomó nuestra naturaleza humana con el propósito de regenerarla y glorificarla, hasta llegar semejantes al cuerpo de la gloria suya (Lc.2:10-11; Jn.14:6).
Querido lector: La Navidad para Dios el Padre significa la entrega de su Hijo para salvar a la humanidad perdida (Jn.3:16-17); para el Hijo significa encarnación, humillación, muerte, resurrección y glorificación para redimirnos de la condenación y darnos vida eterna (Fil.2:5-8); para el mundo significa la provisión divina de un potente Salvador que, en su infinito amor, Dios nos dio para nuestra salvación (Gá.4:4-5).
Y para ti, ¿qué significa la Navidad? Permite que el Niñito de Belén nazca hoy en tu corazón y entonces comprenderás y vivirás el verdadero significado de la Navidad. Dios te bendiga. Un fraternal abrazo en Cristo Jesús. ¡Feliz Navidad!
*Pastor de la Iglesia Cristiana Interdenominacional. A.R ser@iciargob
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