El resultado de las elecciones celebradas en Michoacán son en todo caso, espectaculares. Y por supuesto, un evento político que debe interpretarse con mucho cuidado para no caer en el simplismo en el que muchos quieren encontrar las respuestas a lo sucedido. Primero, es obvio que pocos esperaban que el PRI alcanzara la victoria. Y menos de la manera en que se logró. Después, muchos supusieron que la familia Calderón había encontrado la fórmula mágica para acabar con el mito de la invencibilidad del nuevo PRI. Y después, pero no por ello menos importante, el fracaso del PRD en lo político, lo administrativo y claro está, lo electoral. Para nadie es un secreto que para las elecciones en Michoacán, el gobierno de Felipe Calderón lanzó todo el peso del gobierno federal a su cargo no sólo para respaldar a su hermana Luisa María, sino para aplastar a los contrarios.
Así, la Secretaría de Hacienda detuvo las partidas correspondientes al gobierno michoacano hasta que lo dejó prácticamente “parado”, con una crisis de salarios que, se suponía, tendría que provocar malestar en contra del régimen perredista. Después, en el ámbito nacional, se sostuvo una campaña agresiva en contra de los priístas, a los que el propio Felipe Calderón ligó con el narcotráfico en una entrevista con un diario estadounidense. Así, la guerra se amplió al terreno de las encuestas y se afirmó, en todos los tonos, que el PAN alcanzaría la victoria. Incluso, se calificó por adelantado, el hecho como una “derrota del PRI”, a pesar de que el gobierno estaba en manos del PRD. De esta manera, los resultados arrojan un saldo que no es menor. De entrada, el gobierno federal no ha calculado las cosas en su debida dimensión. Y a pesar de que está dispuesto a utilizar todos los recursos a su alcance, incluso violando la ley electoral, no logró la ansiada victoria. Y ahora queda atrapado en sus fanes de nepotismo y su fracaso político electoral. Y no debe olvidarse que en Michoacán, todos los aspirantes a la candidatura presidencial panista, desfilaron para apoyar a la hermana del Presidente Calderón.
Y no lograron nada. Ahora, se habla del “gran trabajo” realizado por la señora Calderón. Pero la derrota es una y absoluta. O lo que es lo mismo, la victoria no se logró a pesar de la gran candidatura. Por lo que se refiere al PRD el golpe es por demás serio. Pierde un bastión político de gran valor. De muchas maneras, Michoacán aparecía en el escenario político, como el punto de partida para el crecimiento perredista. Y ahora, sólo les queda el lamentarse por el fracaso, en el entendido de que este es un problema de largo alcance que, se acepte o no, debilitará muy seriamente las actuales estructuras del poder dentro del PRD. Por lo que se refiere al PRI, la victoria es por supuesto, algo importante. Pero creer que con esto ya lograron la victoria en el 2012, es demasiado. La lección más importante lograda en Michoacán para los priístas es la forma en que se logró el triunfo. Esto es, en el medio de una embestida feroz de parte del gobierno federal en la que se utilizó todo el arsenal disponible para debilitar al priísmo, la respuesta fue sencilla, pero eficaz: unidad. Pero esa unidad no es algo que esté, por el momento, totalmente asegurada para el gran proceso del año próximo.
El PRI ganó en Michoacán como un partido, con todo el peso del mismo y con todas sus crisis enfrentadas en lo interno. Si los priístas son capaces de mantener esta situación para lo que resta del proceso electoral federal que culminará en julio próximo, sus posibilidades de triunfo serán reales. Pero si en el proceso interno destinado a elegir al candidato presidencial el resultado real es la fractura, entonces sus posibilidades se desvanecerán irremediablemente. El proceso del domingo pasado es importante y tiene muchos mensajes. Los vencidos tienen sin embargo, tiempo para analizar las cosas y modificar estrategias y los vencedores tendrán la oportunidad para entender las razones de su victoria y la parte más importante, de poner a un lado la soberbia y el triunfalismo para trabajar en la consolidación de la unidad. ¿Quiénes sacarán más ventaja de los sucesos? No pasará mucho antes de que se sepa el resultado.
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