La buena noticia es que las campañas electorales aún no arrancan. La mala es que la guerra política se ha declarado abierta. Y en ella se utilizarán todos los argumentos posibles. Legales o no. La semana que termina ha sido pródiga en anuncios desalentadores para la ciudadanía. A nadie le interesa la batalla de las ideas y las ofertas serias y de respuesta a la difícil situación nacional. Lo importante es acabar con el contrario sin importar otra cosa que el “vencer”. Así, en el seno del PAN aparece no sólo una ofensiva abierta con destacados personajes panistas al frente, en contra de Josefina Vázquez Mota, puntera es las encuestas horas antes de la decisión final sobre la candidatura presidencial blanquiazul. Y para culminar la ofensiva, aparece una grabación en la que la aspirante de Acción Nacional califica de “patán” a Ernesto Cordero. La guerra sucia en todo su esplendor. Y por supuesto, la respuesta es una denuncia por espionaje. Una de esas que mucho se han presentado y que ha nada han conducido a lo largo de estos años. El espionaje es ya, parte de nuestros procesos políticos. Y la autoridad encargada de cuidar que ello no suceda, se muestra totalmente incapaz de atrapar a los responsables. Pero si de espionaje se trata, tenemos también el caso de Veracruz. Javier Duarte registra un manejo totalmente irregular de los fondos estatales. Y sus funcionarios son capaces de viajes con maletas cargadas de dinero para “pagar” los costos de diversos eventos. Pero si la irregularidad de este manejo es digna de investigación y sanción si se encuentran delitos, ¿no al mismo tiempo se tendría que investigar el espionaje en contra de un gobierno legalmente constituido? ¿Se puede investigar una irregularidad con una ilegalidad? El gobernador Duarte ha demostrado en el mejor de los casos, una enorme torpeza político administrativa, cuando no algo mucho más serio. Pero ¿no la autoridad federal ha mostrado que puede realizar espionajes con fines abiertamente electorales? Se “detectó” el manejo irregular de los muchos millones de pesos confiscados. Pero ¿si se tenía la posibilidad de que fueran destinados a una campaña presidencial, en este caso la del PRI, no la lógica marcaba esperar a que el dinero se entregara y entonces se detuviera a todos los involucrados? La verdad es que lo se se hizo no es más que un golpe que tiende a “crear imágenes” electorales que dañan a un rival político. Y otra vez, ¿qué hace la autoridad que debe protegernos del espionaje? Al gobernador de Veracruz se le debe exigir algo más que una explicación. Pero a la autoridad federal también… Y dentro de los golpes que tienen un evidente fondo político electoral, se tendría que colocar en un sitio estelar el asunto de los exgobernadores de Tamaulipas, Tomás Yárrington, Eugenio Hernández y Manuel Cavazos. La famosa alerta migratoria que dio origen al golpe político resulta ahora, tener “errores” según afirma el gobierno federal. Pero el golpe político ahí queda. Es algo parecido a lo sucedido en Michoacán, o a lo acontecido en Tijuana. Acciones que terminan en nada, pero que atacan a los rivales políticos. Y entonces, el riesgo es que estemos ante la determinación de utilizar los instrumentos de justicia, para incidir en el terreno electoral. Y como es fácil adivinar, el riesgo es enorme. El otro caso sería, claro está, la “investigación” en contra de Vicente Fox y familia en base a una acusación presentada en 2007 y que apenas cobra vida en estas fechas, curiosamente después de que el expresidente de la República hablara en favor del candidato presidencial del PRI… La situación no es alentadora. Y sí deja ver que la amenaza de “guerra total” con miras a las elecciones de julio próximo es ya algo preocupante. Se trataría de ganar sin importar el como. Con todo lo que ello implicaría… Dice Ernesto Cordero que tiene una trayectoria probada en la conducción económica del país. Pero ¿que no es Felipe Calderón el que marca las directrices en el país? Además, el país ¿sólo requiere decisiones económicas? ¡No el propio Felipe Calderón ha marcado, una y otra vez, que el problema es la seguridad? Cordero no acaba de entender el tamaño del reto es que la Presidencia de la República. Y por supuesto, es incapaz de entender que todo el mundo sabe que es incapaz de vender en el seno del PAN sin el apoyo del propio Felipe Calderón.
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