Sion, la ciudad del gran Rey, sufrió loindecible a causa de su pecado contraDios. Fue tal su angustia y desolación, que llegó a decir: “Me dejó Jehová, y el Señor se olvidó de mí”. Pero he ahí la divina respuesta: “¿Se olvidará la mujer de lo que dio a luz, para dejar de compadecerse del hijo de su vientre? Aunque olvide ella, yo nunca me olvidaré de ti. He aquí que en las palmas de las manos te tengo esculpida; delante de mí están siempre tus muros” (Is.49:14-16).
La referencia que hace Dios a la mujer que no olvida jamás de lo que dio a luz, sirve para ilustrarnos que Él no se olvidará de nosotros; y si aún ella se olvidara del fruto de sus entrañas, “yo nunca me olvidaré de ti”, dice el Señor. Esto hace precisamente que la respuesta de Dios a Israel sea maravillosa y conmovedora, no sólo para su tiempo sino también para el tiempo futuro. Israel es el pueblo de Dios y Él lo librará, lo guardará, lo bendecirá y lo preservará por siempre y para siempre. Por ello, estar esculpidos en las manos de Dios, significa que estamos presentes en todo tiempo delante de Él, que independientemente del tiempo que pase y de los sufrimientos que padezcamos, Dios nos guardará y librará llevándonos a la contemplación de su poder y de su gloria. Significa que nuestra vida está en todo tiempo en sus manos benditas y por tanto debemos vivir seguros en Él. Significa que nadie nos arrebatará de su presencia y que un día estaremos con Él en gloria en el reino de los cielos.
La declaración de Dios es consoladora no sólo para Israel, sino también para nosotros ahora. “Yo, yo soy vuestro consolador. ¿Quién eres tú para que tengas temor del hombre, que es mortal, y del hijo del hombre, que es como heno? Y ya te has olvidado de Jehová tu Hacedor, que extendió los cielos y fundó la tierra; y todo el día temiste continuamente del furor del que aflige, cuando se disponía para destruir. ¿Pero en dónde está el furor del que aflige? El preso agobiado será libertado pronto; no morirá en la mazmorra ni le faltará su pan. Porque yo Jehová, que agito el mar y hago rugir sus ondas, soy tu Dios, cuyo nombre es Jehová de los ejércitos. Y en tu boca he puesto mis palabras, y con la sombra de mi mano te cubrí, extendiendo los cielos y echando los cimientos de la tierra, y diciendo: Pueblo mío eres tú” (Is.51:12-16).
Con esta palabra Dios se revela a sí mismo como el creador de los cielos y de la tierra, del mar y de todo lo que en ellos hay; como el Dios único y Todopoderoso, hacedor de maravillas y de hechos portentosos, para que de esa manera descansemos en Él y depositemos a sus pies todas nuestras cargas. Si esto es así, entonces Él es el único en el que podemos confiar, Dios es el único en el que podemos ser consolados; y no sólo nosotros, sino también los presos, es decir, no sólo aquellos que están en las cárceles, a los cuales no les faltará su pan, sino también aquellos que están aprisionados en las celdas del vicio, del alcohol, de la droga, de la idolatría, del odio, de la venganza, de la hechicería y de todo tipo de pecado. Dios en Cristo es la respuesta para sus vidas y para las nuestras también.
¿Por qué es esto así? Por el amor y misericordia de Dios. Si la mujer que da a luz se compadece del fruto de sus entrañas para proveerle todo lo necesario para su sustento; ¿cuánto más nuestro Dios se compadecerá de nosotros para darnos todo lo que necesitamos? ¿Por qué? Porque estamos esculpidos en las palmas de sus manos. Si al leer esta meditación te sientes triste, solo y abandonado; no claudicas ni desistas, tu vida es preciosa para Dios. Vuélvete a Él, y lo hallarás.
Noé Díaz Alfaro es Pastor en la
Iglesia Cristiana Interdenominacional A.R. ser@iciar.org
Iglesia Cristiana Interdenominacional A.R. ser@iciar.org
Pastor Noé, sus palabras son alentadoras porque están sustentadas en la Palabra de Dios. Y una vez más, nos reafirma que a pesar de los sufrimientos, enfermedades y problemas cotidianos, tenemos a un Dios Todopoderoso que a diario nos dice: «yo nunca me olvidaré de ti». Y que sus promesas son fieles:
«Auque mi padre y mi madre me dejaran. Con todo, Jehová me recogerá» Sal. 27:10. La Paz de Dios. Hna. Martha Lidia Galicia
Pastor Noé, sus palabras son alentadoras porque están sustentadas en la Palabra de Dios. Y una vez más, nos reafirma que a pesar de los sufrimientos, enfermedades y problemas cotidianos, tenemos a un Dios Todopoderoso que a diario nos dice: «yo nunca me olvidaré de ti». Y que sus promesas son fieles:
«Auque mi padre y mi madre me dejaran. Con todo, Jehová me recogerá» Sal. 27:10. La Paz de Dios. Hna. Martha Lidia Galicia