Claro que se debe creer a Andrés Manuel López Obrador que no afectará a terceros con acciones para protestar por una elección a la que se ha cansado de llamar “inequitativa”. Para eso tiene estructura, personalmente no lo hará, por lo menos no si “afecta” su imagen.
Que su equipo de trabajo, vía el vocero, se desmarque de acuerdos tomados en San Salvador Atenco, deja ver la intención de alejarlo de situaciones que desgasten la imagen o den pie a que la frase de “es un peligro para México”.
Independiente de la estrategia política o jurídica, eso ya es otro boleto, hoy el equipo de trabajo de AMLO ha dado un verdadero valor a lo mediático, a la mercadotecnia, por ello la lectura, en el deslinde, de un distanciamiento más que deseado obligado.
Se puede suponer que, en esa lectura, ganó la evaluación de mantener al candidato de las izquierdas fuera de los círculos que pudieran relacionarlo con acciones de efectación a terceros. Ante ello, pues nada más lógico que replegarse.
Esta determinación, nos parece, lleva varios destinatarios de un jalón. A la población refrendar el mensaje de que su lucha no es contra ellos. Otra a los inversionistas, sobre todo esos que han mostrado su reticencia a dejar su dinero en el país por temor a que su dinero se vuelva polco y una tercera para tratar de borrar aquello de las instituciones al demonio, palabras más, palabras menos.
Así se entiende, por lo menos somos varios que hemos coincidido en ello, el mensaje de deslinde con lo acordado en Atenco. Deslinde que no quiere decir rompimiento, separación o dejar los movimientos participantes, simplemente se toma distancia para no dañar su imagen y hasta como pretexto para no aparecer en público.
Como una hipótesis más, analistas políticos, suman la determinación de respetar el triunfo del PRD en Nezahualcóyotl que, regresando a lo mediático, impactó como una muestra de que las instituciones, el IEEM, no se inclinaron hacia algún partido político por presiones.
Reflejos
Santiago Creel Miranda y Diego Fernández de Cevallos, coincidieron en la renovación del PAN, (fracasotototototte, diría Manuel Lapuente, ex técnico nacional) sólo no comulgan en la forma de hacerlo.
Para Creel Miranda esa renovación debe incluir una limpia a fondo con cloro, maestro limpio y hasta Vel Rosita, llegando al fondo. Fernández de Cevallos, en lo esencial coincide, pero respetando la costumbre de que la ropa sucia se lava en casa.
Eso sí, ambos se pronuncian por que aquellos que fingieron o “traicionaron” al blanquiazul en la elección pasada, se vayan derechito a su casa y ahora los pongan a trabajar, creo que esto último es el castigo verdadero.
¿Que cara pondrán las vacas sagradas en el PAN cuando sean enterados a detalle que en el Estado de México, los propios de la albiceleste le jugaron muy rudo a Josefina Vázquez Mota?, ya lo veremos.
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