Fausto Vallejo es gobernador de Michoacán. Es priista; por su edad no encaja en la versión del nuevo PRI. Y sin embargo, sacudió políticamente al país, al priismo. Prendió el fuego en Michoacán. Entidad incendiada desde el gobierno de Lázaro Cárdenas Batel. Con él surgió la delincuencia y se reprodujo en varios estados del país. Fue el asalto de un comando de encapuchados a una prisión y se llevaron prisioneros. Fue el principio de crimen organizado. Demencial y sangriento. En el gobierno de Leonel Godoy floreció la delincuencia y la violencia. Los crímenes colectivos aparecieron.
Michoacán ha sido nido de movimientos magisteriales. Célebre es la Coordinadora con filiación a izquierda y enredada al PRD. Su bandera de lucha eterna contra el SNTE, sindicato que detenta Elba Esther Gordillo, política voluble que nació en el PRI y vende el “sentismo”, como lo hizo al PAN. Luchas de intereses y de cotos de poder. La Coordinadora, con red en Oaxaca, Guerrero, Puebla y Distrito Federal, tiene el sello histórico de mutilar el calendario escolar. Con marchas, plantones. Tomas de carreteras. De instalaciones, como la SEP. La ignorancia y la deficiencia escolar la cargan los niños y jóvenes.
Hoy es Michoacán. La costumbre de marchar. De bloquear. De tomar y cerrar autopistas. De secuestrar camiones, de quemarlos. De plantones. Y, dice el actual gobierno, de “arreglos millonarios” con gobiernos del perredismo. De mantener a parte de la sociedad angustiada. A otra parte, irritada. Fausto Vallejo tomó la ley y con las fuerzas armadas reprimió. Porque imponer el orden es reprimir y es aplicar la ley. Prendió fuego al movimiento incendiario. Los estudiantes de tres escuelas normales, de Tiripetío, Arteaga y Cherán, apoyados con grupos externos, se apoderaron de las normales y más de 30 camiones fueron robados y almacenados. Y una docena fueron quemados cuando la policía entró a las normales. Un centenar de jóvenes fueron llevados al Ministerio Público. Y, así, empezó el nuevo juicio. Fausto Vallejo ahora tiene que apagar el fuego y garantizar el orden y la tranquilidad. ¿Podrá?
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