Los problemas aumentan cuando se entiende que a pesar de que en las elecciones federales de hace tres años, el Presidente Felipe Calderón resultó acusado de violar el marco legal al convertirse él en jefe de campaña del PAN y al lanzar a su gobierno como brazo armado para golpear a los contrarios sin rubor o límite alguno. Ahora las cosas parecen tomar el mismo rumbo, con todo lo que ello significa. Pero no conforme con ello, el panorama se enrarece aún más si se toma en cuenta que el problema de la pobreza se convierte no sólo en motivo de señalamientos internacionales, sino en una bandera para que el gobierno busque “asegurar” el apoyo de los sectores mas desprotegidos mediante programas oficiales y la lluvia de dinero y apoyos que no resuelven el problema de fondo, pero que sí dan votos. Justo como lo hacía el PRI y el PAN siempre criticó. Pero las campañas tendrán un ingrediente que hay que tomar en cuenta. El PAN atacó al PRI por la deuda en Coahuila, por lo que es seguro que el tema brincará en la campaña. Y el gobierno de Felipe Calderón pasará problemas y su candidato también, cuando se comente que en el terreno internacional, la deuda de México pasó, durante el actual sexenio, de algo más de 50 mil millones de dólares, a la cifra de algo más de 120 mil millones de dólares.
Esto es, un crecimiento de más del 100%. Algo similar sucede con la llamada deuda interna, la cual llegó ya a los 3.4 billones de pesos de pesos, cuando en el 2001 estaba en 1.1 billones de pesos. La otra bandera de la campaña que arrancará en unas cuantas semanas, será el de la violencia y los logros del combate al narcotráfico. Las cifras de muertos a lo largo y ancho del país es simplemente escalofriante. Y será un tema recurrente se quiera o no. Por ello los planteamientos del gobierno, queriendo crear un ambiente que impida a los rivales electorales la crítica, ya que ello les convertiría sin más, en aliados de los delincuentes. Con un panorama de esta naturaleza, es fácil adivinar lo complicado que será el año, aun en el supuesto de que la crisis económica sea menor a la calculada. El análisis sobre lo sucedido a lo largo de este sexenio será el verdadero fondo de la contienda y con este horizonte, parece que Los Pinos no querrá quedarse fuera de la batalla. Y si ello es así, Felipe Calderón se colocará de nueva cuenta, en el centro de la elección, sin importar que con ello se violente otra vez, el marco legal y se ponga en aprietos a la autoridad electoral. Ante ello, habría que esperar que los candidatos y sus partidos, sean capaces de aportar ideas y propuestas y que más allá de las obligadas críticas, sean capaces de conducir el proceso dentro de los cauces legales para de una buena vez, mostrar al país que son capaces no sólo del diagnóstico, sino de presentar las soluciones debidas, con forma, contenido y tiempo para alcanzarlas.
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