Poco a poco, pero de manera firme, el terreno de las próximas batallas políticas se clarifica. Y es el gobierno el que ha puesto un mayor empeño en que esto suceda. Después de todo, la desesperación ante el fracaso político de la actual administración no puede ser más evidente, como tampoco puede serlo las necesidades que ello provoca. Así, el gobierno ha decidido que en el campo legislativo puede conseguir algunos puntos ante la sociedad, a costa por supuesto, de los partidos de oposición. Y los ejemplos están a la vista. Primero, se determinó colocar el tema de la reforma laboral en el escenario. Y se realizó el movimiento con el PAN como instrumento, a sabiendas de que ello simplemente provocaría reacciones políticos poco alentadoras de parte de los partidos políticos rivales. El gobierno no quiso que fuera Javier Lozano, titular del Trabajo, el canal para la presentación del proyecto de reforma laboral. Y con ello, modificó las coordenadas de la discusión. Está claro que para todos los partidos políticos, una cosa es dialogar con el gobierno y otra, muy diferente, hacerlo con un partido rival, por más que sea el del gobierno en turno. Así, el tema laboral puesto en la mesa de los debates no tiende a resolver un problema, sino a tensionar las relaciones políticos, a fin de que la sociedad “vea” que el gobierno quiere, pero las oposiciones no lo dejan”. Y para que las cosas sean más efectivas, al mismo tiempo, el gobierno filtra todo tipo de informaciones sobre líderes sindicales, con lo que se busca que la sociedad “entienda” que aquellos que rechazan el proyecto de reforma son, simplemente, quienes buscan proteger a los “líderes corruptos” Ahora, es el turno para la presentación de la propuesta de campaña que es el tema de los monopolios. Y se corren al mismo tiempo, las informaciones sobre el caso de las televisoras, y por el otro, el de la telefonía. Y se habla por supuesto, de los beneficios sociales que todo esto representa. Pero la verdad es que en los tiempos políticos que corren y en las condiciones que el país enfrenta, ambos temas aparecen como “fuera de orden”. El tema laboral se convierte en un instrumento de presión política. Pero cuando en el país la caída del empleo es enorme y la debacle del salario es más que evidente ¿hay realmente un interés serio de solución o se trata sólo de provocar que los rivales pierdan un terreno que el PAN y el gobierno sienten que no están en condiciones de recuperar ante los procesos electorales que se realizarán en julio próximo? En el caso de los monopolios, ¿realmente se quiere ir a una batalla contra grandes capitales cuando el gobierno carece de un respaldo efectivo de parte de la sociedad? ¿Las condiciones del país permiten esta batalla que no por necesaria puede ser efectuado en cualquier momento? La intención entonces podría ser electoral. Y todo quedaría ubicado en la idea del gobierno de querer aparecer ante la sociedad como propositivo, pero acorralado por las oposiciones desde el Congreso. La trampa es más que evidente… Y dentro de estas discusiones, no debe perderse de vista el debate que hacia el interior del PRI tendrá que verificarse de una u otra forma en torno a la reforma política. Los senadores se lanzaron en pos de la idea de una eficacia del gobierno con cambios que impulsen la capacidad y el resultado. Los diputados del PRI, con una clara y creciente dependencia del gobernador Enrique Peña Nieto, quieren una reforma política que simple y llanamente permita la sobrerrepresentación en el Congreso. Esto es, que el partido que gane las elecciones pueda, sin más, alcanzar la mayoría en el Poder Legislativo. Y el argumento es sencillo: evitar que el Presidente en turno sea atrapado por las minorías y ello pueda paralizar al gobierno. Esta discusión interpartidista será desgastante, pero permitirá conocer muchas cosas sobre lo que en realidad sucede hacia el interior del PRI… Por cierto, en el caso de la cada día más extraña muerte de la niña Paulette Gebara, la única verdad es la incapacidad de las autoridades del Estado de México para enfrentar el reto de este caso. El procurador Alberto Bazbaz ha cometido tal cantidad de torpezas, que para todos resulta más que evidente el hecho de que el gobierno de la entidad empieza a pagar elevados costos políticos por el suceso. Y la pérdida de credibilidad es tal, que ahora se corre el riesgo de que, en el caso de que se llegue a ello, una vez aclarada la muerte de la menor, nadie crea en la “verdad oficial”… La comentada entrevista concedida por Ismael Zambada, “El Mayo”, ha provocado una sola interrogante de fondo. ¿Para quiénes es el mensaje? Es evidente que no hay datos, sino imágenes. Y en síntesis parecería que el capo buscaba hacer notar que “aquí estoy” y puedo comunicar muchas cosas. ¿A quiénes se dirigió?…
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