Opinión

Fragilidad del gobierno

La batalla política nacional se ha convertido en una lucha descarnada por el poder. El gobierno ha decidido que, ante su incapacidad para alcanzar el respaldo ciudadano, es necesario aliarse con el perredismo de Jesús Ortega. Y ello ha llevado al país a una posición de fragilidad absoluta. De un lado, el peso del estado será utilizado para respaldar candidaturas que en nada responden al panismo. El perredismo por su parte, busca un reposicionamiento derivado de las acciones del gobierno más que de un auténtico apoyo popular. Y ante ello, el PRI se prepara para realizar demostraciones de fuerza con un mensaje claro a sus rivales. Todo lo que se reciba tendrá una respuesta directa. Así, si el PAN y el PRD han perdido el rubor y se presentan públicamente en pleno romance, los priístas se alistan para dejar en claro que por más alianzas que se firmen, no están dispuestos a quedarse con los brazos cruzados. De esta manera, una vez que todos los candidatos están en campaña y con los tiempos debidamente organizados, los panistas pasarán a depender de lo que Felipe Calderón pueda organizar como gobierno federal para atacar a los priístas. Ante ello, los gobernadores del PRI realizarán, todos, visitas a cada entidad en la que se realicen procesos electorales. Todos presentarán un frente único y su mensaje será serio. Si Calderón y los panistas quieren dividir a los priístas, las alianzas lo único que habrán logrado será mostrarles la necesidad de mantenerse unidos. Pero en todo esto, la realidad deja ver que las campañas no se fincarán en el combate de las ideas, sino en la guerra sucia. Se lanzarán acusaciones en contra de los gobernadores salientes del PRI y se aplicará, como lo hizo en su momento Vicente Fox, el poder del estado para darle fuerza a esos señalamientos. Los priístas a su vez, dejarán sentir su experiencia y responderán en el mismo tono, sólo que con el gobierno federal como blanco. La guerra electoral no será una de ofertas y programas, sino de golpes bajos y suciedad… Para el gobierno las cosas de cualquier manera, no arrancan bien. El caso de la guardería ABC en Sonora, después de un año de la tragedia, se convierte en una pesada losa que tendrá un costo electoral. Juan Molinar, ahora titular de Comunicaciones y Transportes y en su momento director del IMSS, resultó señalado por la comisión investigadora creada por la Suprema Corte como uno de los responsables de la muerte de varias decenas de infantes. Molinar, de acuerdo a su costumbre, elude la responsabilidad y con toda la tranquilidad del mundo, anuncia que no renunciará a su cargo. Y puede hacerlo. El problema es que para un gobierno que prometió manos limpias y respeto al estado de derecho, un señalamiento por más que pueda ser provisional, hecho por la Suprema Corte es algo que difícilmente se puede dejar de lado. La ética después de todo, es uno de los pilares de todo gobierno. Y en este caso, el titular de Comunicaciones y Transportes deja de ser un cuadro que pueda presumir de este tipo de atributos. Pero para el gobierno el problema es más serio. La tragedia de Pasta de Conchos arrojó en su momento, señalamientos de responsabilidad sobre Carlos Abascal y Francisco Javier Salazar, titulares en aquellos momentos, de Gobernación y Trabajo, respectivamente, entre otros. Y nada pasó. Es más Salazar es actualmente diputado federal panista sin que nadie lo moleste por lo sucedido en Coahuila…..La caída registrada en las encuestas sobre la aceptación ciudadana del gobierno de Felipe Calderón es apenas, uno de los indicadores sobre los cuales se puede analizar el futuro de las alianzas electorales. El romance entre perredistas y panistas ha provocado divisiones en los dos partidos. Y Felipe Calderón ha perdido respaldo de los votantes. ¿Ello puede traducirse en sufragios? Es obvio que panistas y perredistas olvidaron aquello de que dos “debilidades juntos no se traducen en una fuerza”… Los reacomodos de las tribus perredistas no son más que el aviso de que, una vez que concluyan los procesos electorales de este año, el perredismo iniciará su nueva crisis interna. Los “chuchos” y su interesado pragmatismo que les condujo a celebrar alianzas con el PAN y el gobierno, tendrán problemas serios para poder explicar sus decisiones. Y pudiera ser que, antes de tiempo, estallara una rebelión muy seria, con resultados poco alentadores para el gobierno. Y si los resultados en las urnas son además negativos, es por demás sencillo imaginar todo lo que se avecina… Habrá que poner atención a los movimientos en el PRI, en los cuales la figura de Elba Esther Gordillo llama la atención por sus afanes por retomar ciertas posiciones.

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