La guerra en contra del narcotráfico se ha convertido en un muy serio problema para el gobierno federal. Primero, el número de muertes a lo largo de los más de tres años de aplicada la estrategia oficial pone en claro que al momento de asumirse el proyecto, no se tenía claridad sobre lo que en realidad sucedería. Ahora, no sólo se tienen más de 20 mil asesinatos, sino la demostración de la que la impunidad en el país es absoluta. Después, no puede dejar de verse el hecho más que evidente, de que el Ejército, o las fuerzas armadas en su totalidad, están al borde del hartazgo. No sólo es el hecho de que carecen de muchos elementos para poder realizar la labor que se les ha encomendado, sino que ahora han sido puestas en el filo de la navaja. Y los militares dejaron sentir ya su temor, de que lo que hoy se les exige, al paso del tiempo, y no mucho por supuesto, les sea demandado. Así, las fuerzas armadas han aceptado en privado que la situación para ellos alcanzó ya un nivel muy elevado, de riesgo. Y el malestar no es menor. Esto queda en claro al momento en el que el secretario de Gobernación, Fernando Gómez Mont, aparece ante la sociedad para establecer que la lealtad del Ejército al gobierno es total. Las cosas no están bien. Pero pudiera ser que antes de que todo comience a tranquilizarse, veamos cosas aún más serias… Las elecciones de julio próximo están ya, en el centro de todo el accionar político nacional. Pero no como parte de un fenómeno normal. Las acciones parecen encaminarse hacia una guerra abierta en la que el objetivo fundamental es la destrucción del contrario. Y si ello es así, la realidad entonces nos llevaría a procesos electorales en los que la verdad de todo, se pondría en juego en los tribunales respectivos. Y ello con el único objetivo no de convencer a los ciudadanos a favor de un proyecto de gobierno, sino para desacreditar a los rivales. Y en este caso, el panismo y el gobierno parecen ser los más importantes promotores de los problemas… Bastaría con poner un poco de atención a las famosas alianzas electorales para entender mejor la situación. Los enemigos del PRI, en este caso PRD y PAN fundamentalmente, se unieron no para avanzar, sino para evitar la consolidación del enemigo. Se lanzan ataques de todo tipo en contra de los priístas, pero en la mitad de los estados en los que habrá elecciones, los abanderados de los aliancistas son expriístas. Los coordinadores centrales del proyecto, son expriístas. Y las estrategias para sacar adelante las campañas, son expriístas. Así las cosas, salta a la vista que el proyecto es simple: manipular a los electores, para poder mantener esperanzas para el 2012… Por cierto, no hay que perder de vista el hecho de que las alianzas han avanzado en su estructura. Todo se inició con un proyecto “suelto” para Oaxaca. De ahí pasó a ser una idea que César Nava aceptó para ir más lejos, y colocar el proyecto como eje de las decisiones en varios estados, tal y como hasta hace poco se tenía a la vista. Pero pocos han entendido el hecho de que la unión entre el PAN, el gobierno federal y el PRD de Jesús Ortega, dio hace unos días un paso adelante en su estrategia de unidad. Y el tema fue el nada popular RENAUT. No se requiere de mucho para ver con toda presión que fueron los votos del panismo y el perredismo en el Senado de la República, los que detuvieron la posibilidad de una prórroga en el tema de los registros de los teléfonos móviles. Esta decisión no es poca cosa. Y si la lógica existe, entonces habrá que esperar que la unión entre perredistas y panistas esté en espera de los resultados de las elecciones de julio próximo, para con los números en la mano, decidir sus acciones futuras. Pero el proyecto no es tan sólo de corte electoral, por más que para los votantes no tenga más impacto que el de ser instrumentos de una idea que va mucho más allá de los votos en doce entidades. Y es por ello que se pone en marcha el programa para “explicar” ante la sociedad, la razón de estas alianzas. En el fondo, sin embargo, la verdad es sencilla: dañar al PRI y construir una plataforma política para proyectos aún no claro, pero ciertamente importantes para los aliados… El gobierno del Distrito Federal inició sus acciones para la realización de nuevas obras viales al sur de la ciudad. Y como parte de ello, hay expropiaciones y demás. Las protestas han sido simplemente, despreciadas. Y entonces llegan los recuerdos. Cuando Vicente Fox quiso construir el nuevo aeropuerto para el DF, los perredistas se sumaron a los habitantes de San Salvador Atenco para evitar tal proyecto. Manifestaciones y machetes en la mano y, por supuesto, críticas a todo pulmón, y el aeropuerto se evitó. Ahora, la otra cara de la moneda. Desprecio a quienes se oponen. ¿Habría que utilizar machetes? ¿Así haría caso Marcelo Ebrard?
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