Opinión

Gobierno: Tres Poderes… Tres Órdenes

* Bueno, ahí va Morena confirmando espacios. La gestión de diputados afines para integrarse como grupo parlamentario en San Lázaro va por buen camino. Encabezados por Ricardo Monreal avanzan con paso firme en el propósito. El zacatecano tiene acreditada experiencia en el manejo partidario. Diputado y senador por el PRI, gobernador por el PRD, diputado por el PT, legislador por Movimiento Ciudadano, ahora por Morena, sabe cómo hacer lo necesario. Conseguirán su propósito y su organización se hará escuchar en la casa de los diputados.

* A la vista está el fracaso del federalismo como sistema de gobierno. Parece que la democracia representativa tampoco tiene mucho que exhibir en la evolución (¿?) de México. Un sistema de partidos igualmente fallido desde la selección de dirigentes y candidatos y omiso en la vigilancia de aquellos a quienes llevaron al gobierno en sus tres órdenes y en dos de sus tres poderes, en el judicial no tienen injerencia, se supone, y en la elección de integrantes de órganos autónomos ni hablar. Y además, con los llamados poderes fácticos, encabezados por el duopolio televisivo, poniendo condiciones. Habrá que ver a dónde llegamos. ¿Y el fuego amigo? ¿Y las presiones internacionales (el burro hablando de Orejas)?

* El equipo de inteligencia establecido en el C4 desde la jefatura de gobierno del DF de Marcelo Ebrard, pareciera negado, según hechos, a entender, para efectos de previsión y prevención, conceptos sociológicos como los de interacción social, conflictividad social. El comentario es porque un espacio de intensa interacción y de elevada conflictividad es el Metro de la Ciudad de México. Lugar de alta movilidad urbana. Más de 5 millones de usuarios diariamente, y, como consecuencia, creciente conflictividad.

* Multitudes caminan en direcciones opuestas sin entender que debe circularse por el lado derecho; frecuente descompostura de escaleras electromecánicas que, como el tejido de Penélope, se arreglan un día y se desarreglan al siguiente por deficiente trabajo de mantenimiento; personas que corren con dirección incierta a cada hora; faquires en los trenes con bultos de vidrio en las manos para acostarse o caminar sobre ellos; frecuencia de paso afectada por deficiencia del equipo o por acción irresponsable de pasajeros que impiden el cierre de puertas; vagoneros que, con becas o sin becas para aprender formas de autogenerar empleo, siguen en su tarea sin que se les pueda contener; agolpamiento de pasajeros en los andenes con riesgo de caer a vías por los continuados empujones de quienes tienen prisa en abordar; policías que no tienen más autoridad que la de su voz para disuadir conductas irresponsables y hasta delictivas.

* Ah qué don Joel Ortega. Ah que don Miguel Ángel Mancera. Cuándo se darán cuenta de que allí puede ocurrir una tragedia “imprevista” que se sume a las ya muchas que tienen a la sociedad, de la ciudad y del país, en vilo.

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