* Septiembre, mes de la Patria (con mayúscula). De recuerdos de gloria y también de memoria dolorosa. Suele impactarnos emocionalmente la remembranza de acontecimientos que van del inicio de nuestro movimiento de Independencia, hasta la consumación, pasando por la gesta heroica de Chapultepec y, en tiempos modernos, la tragedia del macrosismo de la ciudad de México en 1985.
* No olvidamos nunca lo que somos, a qué y a quiénes lo debemos, la concepción de la Patria es de permanencia cotidiana. Tampoco concedemos que sólo un día del año se dedique a las madres o que en diciembre sean fechas de la Navidad, influye en creyentes y no creyentes. De noviembre sabemos que en nuestras tradiciones culturales están presentes los muertos y entre los cristianos abril es la conmemoración del martirio de Jesús.
* Pero es septiembre, mes de la Patria. La mayoría de los mexicanos, de los de aquí y de los de allende las fronteras, se conmueve, nos conmovemos, con cuantas muestras de nuestra nacionalidad, de nuestra idiosincrasia, aparecen en el transcurso de nuestro ser y hacer.
* Canción vernácula, atuendos típicos, festivales escolares, comida de la ocasión, festejos temáticos, la noche del 15 ceremonia del grito, costumbre ésta que debemos a Porfirio Díaz porque el llamado a la lucha, hecho en Dolores, por Hidalgo, ocurrió en la madrugada del 16.
* En mi caso, vienen a mi mente poemas épicos referidos a nuestras gestas heroicas. Aquellos que aprendí en años de mi primera infancia, en los de juventud. Giran en torno a la Suave Patria de Ramón López Velarde: “… alzo hoy la voz a la mitad del foro a la manera del tenor que imita la gutural modulación del bajo para cortar a la epopeya un gajo…”
* “Suave patria, tu mutilado territorio se viste de percal y de abalorio…” Sí, nos tocó vivir en la parte de nuestro mutilado territorio que “es tan grande, que el tren va por la vía como aguinaldo de juguetería …” Sigue el poema del vate zacatecano.
* Un territorio mutilado a causa de nuestras divisiones como nación; de las traiciones de quienes lograron como recompensa a sus acciones perversas una nacionalidad distinta a la que los vio nacer las ambiciones de expansión del que llegaría a ser el poderoso imperio de los siglos XX y XXI.
* Sí, nuestro territorio es tan grande todavía como continente de valores codiciados por los poderes financieros del mundo que encuentran en algunos mexicanos disposición a modo para vendérselos.
* México sigue siendo grande, y lo será. La nación no permitirá que aquellos que pretenden disminuir las instituciones públicas y privadas para ceder lo que ceder no se debe, consigan hacerlo. Nuestros hombres, nuestras mujeres, los jóvenes, están preparados para defender lo propio con las armas del trabajo, del conocimiento, del sentimiento. La Patria, señoras y señores, seguirá adelante cueste lo que cueste. Le pese a quien le pese.
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