* La crisis mundial que afecta las finanzas y la economía parece poner de relieve sus deformidades. Sobre todo, la grave falta de orientación que reduce al hombre a una sola de sus necesidades: el consumo. Peor, el ser humano es considerado un bien en sí. Se puede utilizar y luego desechar. En este contexto la solidaridad, tesoro de los pobres, a menudo se considera contraproducente, contraria a la racionalidad financiera y económica. Al tiempo que los ingresos de una minoría van creciendo de manera exponencial los de la mayoría van disminuyendo. Este desequilibrio proviene de ideologías que promueven la autonomía absoluta de los mercados y la especulación financiera, negando el derecho de control de los Estados, aun estando encargados de velar por el bien común. Se instaura una nueva tiranía invisible, a veces virtual, que impone de forma unilateral y sin remedio, sus leyes, sus reglas. La deuda y el crédito alejan a los países de su economía real, y a los ciudadanos, de su poder adquisitivo real. Se añade, una corrupción tentacular y una evasión fiscal egoísta, que han asumido dimensiones mundiales.
* No, no son palabras de un ideólogo de la izquierda. Las dijo su Santidad Francisco, al recibir cartas credencial de cuatro embajadores, el pasado día 16. Radio Vaticana 2013-05- 16, www.news.va/es/news/no-compartir-con-los-pobres-es-robarles-y-quitarles
* Se pregunta a Beymar López Altuzar, presidente de la Unión Nacional de Organizaciones Mexicanas para el Desarrollo Integral de la Ecologìa, UNOMDIE, y promotor de la institución de una Universidad para el Desarrollo Sustentable, ¿qué carreras se impartirían? Responde: “Hay varias relacionadas con cuestiones ambientales, otras tradicionales, de orden práctico, pero no están diseñadas bajo un perspectiva de sustentabilidad. Se trata de asignarles esa característica”. Ejemplifica con una, Ingeniería en Energía… sustentable, precisa. La producciòn de energía, fundamental para el desarrollo, en la actualidad está basada de manera predominante en el consumo de combustibles fósiles, agotables por necesidad. México tendrá que reponer y renovar generaciones de ingenieros expertos en la materia. Buscamos que estén formados en principios y prácticas de sustentabilidad.
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