Opinión

Gobierno: tres poderes… tres órdenes

* El presidente Enrique Peña Nieto en su mensaje de inicio de año, se agradece la brevedad y la precisión, reiteró su disposición a promover las reformas necesarias para ubicar a la nación en plataforma de lanzamiento, por un mejor rumbo, hacia un destino que provea a los mexicanos de una calidad de vida superior.

* No fue la veinticuatroava (sic) reunión de embajadores y cónsules, señor secretario de Relaciones Exteriores, sino la vigésimo cuarta, número ordinal, la número 24 en orden. Veinticuatroava es una de 24 partes.

* El secretario de Hacienda y Crédito Público, Luis Videgaray, advierte que no habrá “rescate” de municipios endeudados, con recursos federales. Algunos al borde del colapso. Sus pasivos son de orden financiero, y otros por compromisos laborales, de contratos de obra pública, de adquisición de bienes y servicios. Deberán atenerse a sus propios recursos, a procedimientos contenidos en la normatividad de cada una de sus entidades. En este asunto habría que distinguir cuáles de tales quebrantos son consecuencia de actos de corrupción y cuáles son por ignorancia de lo que es el ejercicio de gobierno.

* En atención a esos problemas es de considerarse la pertinencia de agregar a los cambios en proceso, una reforma municipal. No es aceptable que el modo de gobierno más cercano a la realidad cotidiana de las personas, sea fuente de tanta ineficiencia e ineficacia; de tanta incertidumbre. La provisión de servicios, la construcción de obra pública y el mantenimiento de la que existe, el establecimiento de las bases para el desarrollo comunitario no pueden estar sujetas a la voluntad discrecional de unos cuantos (en los hechos, impunes) privilegiados por mano decisoria de otros menos (igualmente impunes).

* Este año, por cierto, en casi la mitad de los estados de la República habrá elecciones. Se elegirá a diputados locales y ediles; presidentes, síndicos y regidores. Una buena oportunidad para presentar candidatos que respondan a perfiles políticos sí, pero administrativos también, necesarios para garantizar cumplimiento cabal de cuanto implican los gobiernos locales. Particularmente obligado en el caso de los alcaldes, entre ellos los hay que llegan imbuidos por un sentimiento de suficiencia propio de los sátrapas.

* Soy canófilo de origen. En la casa de mis padres y en la de mis abuelos, hubo perros, y gatos. En alguna etapa de mi infancia gallinas, guajolotes, conejos, cerdos. Nunca pájaros. Las condiciones de vida de los años 40, en ciudades y pueblos, de los estados de México, permitían semejantes privilegios. Con esto doy testimonio de mi gusto por los animales, particularmente por los perros. Por eso es de mi mayor interés el caso, para mí no suficientemente estudiado, y no incurro en las especulaciones contra las que las autoridades ministeriales de la ciudad capital se manifiestan, del supuesto ataque y muerte de personas por perros “salvajes” en la delegación de Iztapalapa.

* Al respecto platico con el médico veterinario zootecnista, egresado de la Universidad Veracruzana, postgraduado de la UNAM, Alfonso Campos Lee. Sugiere la pertinencia de la intervención de etólogos, expertos en conducta animal. Dice Campos Lee, el perro es un animal que en estado salvaje vuelve a sus orígenes genéticos, el lobo. Él recuerda que cuando cursaba una especialidad en nuestra máxima casa de estudios, en los años 80, supo de ataques caninos por el Desierto de los Leones, Delegación de Magdalena Contreras. Me pregunto ¿A qué se debió, ahora, esa tragedia, perros callejeros ha habido desde la aparición de las ciudades?

Acerca de Hector Villar Barranca

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