* En estas páginas hablamos sobre la posibilidad de ajustes en el equipo del presidente Enrique Peña Nieto, adecuados a las circunstancias. En Educación Pública se relevó a la subsecretaria de Educación Básica, Alba Martínez Olivé, en su lugar queda a cargo el ingeniero Alberto Curi Naime; en lugar de Enrique del Val, subsecretario de Planeación y Evaluación de Políticas Educativas, fue nombrado Javier Treviño Cantú. Habrá cambios mayores.
* El doctor Enrique Fernández Fassnacht fue designado director del Instituto Politécnico Nacional. Cuenta con los merecimientos para semejante distinción. Sus pasos por la institución que ahora dirige, donde cursó la carrera de ingeniero químico industrial; por la UNAM, donde cursó un doctorado; por la Universidad Autónoma Metropolitana, de la que fue rector; por la Universidad Politécnica de Altamira, de la que también fue rector; por la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior, ANUIES, en la que fue secretario general, le confieren una experiencia poco común en el ámbito de la educación profesional. Sólo falta que la comunidad politécnica, tan celosa, lo identifique como uno de los suyos.
* Tiempo es para que los jóvenes politécnicos vuelvan a clases. Sus familias esperan mucho de ellos. El país los necesita. Las causas sociales que representan demandan la dirección de los profesionistas que se forman en el espíritu de Lázaro Cárdenas a cuya patriótica visión se debe la creación del Instituto. Los jóvenes mismos merecen el futuro que en las aulas hoy, en la industria mañana, en la academia siempre, se han forjado, en un desarrollo continuo por naturaleza.
* Hablamos de jóvenes estudiantes. De entre ellos han salido los promotores de luchas sociales que pueden conducirnos a condiciones mejores. Es motivo de satisfacción ver en las marchas, la unión entre alumnos de la UAM, del Politécnico, de la UNAM, de instituciones privadas que antes no hubiéramos imaginado. Las proclamas las suscriben en conjunto y al conjunto se unen sus familias. Respetables desde luego las manifestaciones. Pero cuidado con delincuentes infiltrados. Promueven actos delictivos con la finalidad de crear un caos que obligue a la intervención de las autoridades de seguridad pública. La estrategia del mal va encaminada a liberarlos de obstáculos en su paso por actividades criminales.
* En la estación Zócalo del Metro, en el pasillo que sale a catedral hay una exposición de la República Árabe Saharaui Democrática. Se exhiben obras de arte, vestuarios, se explica la lucha de ese pueblo islámico que habla español. Allí volvemos a encontrar espléndidas pinturas de nuestro conocido Fadel Jalifa Ali, artista de presencia y renombre universal. Lo conocimos en ocasión de una exposición realizada en la Cámara de Diputados hace unos seis años. Vale la pena detenerse un momento en nuestro cotidiano andar, pasar por la estación mencionada y mirar y admirar una expresión de esa cultura cercana a nuestros sentimientos. Entenderemos, y acaso atenderemos, la lucha del pueblo saharí.
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