Opinión

Isidoro y el grupo Atlacomulco

En 1940 el estado México había perdido la gobernabilidad. Por toda la entidad recorrían bandas de abigeato. Robos y Asaltos. 1942 el gobernador Arnulfo fue asesinado. El Gobierno Federal decidió llamar al diplomático Isidro Fabela, estaba en Holanda, era juez. Isidro era originario de Atlacomulco. Un brillante cerebro. Escritor, periodista, diplomático de carrera, maestro. Un grupo de jóvenes mexiquenses acudió al aeropuerto a recibirlo. Bajó con su esposa. Don Isidro cargaba un gatito, que acariciaba. Los desencantó. ¿Él va a gobernar? Ya nos mataron un gobernador.

El polifacético embajador, de voz suave, metió el orden. Unos de los jefes de bandoleros perecieron en un accidente en carretera. El estado de México cambio. Y desde entonces se repite una alegoría, “Es el más fuerte económicamente, lo es sin tener petróleo y sin tener mares. Es primer lugar en inversión y empleos.

Isidro Fabela fue más que gobernador. Convocó a los jóvenes y formaron ateneos culturales y políticos. Sembró las semillas de las letras y de la política. Personajes como Gustavo Baz, médico y militar, como Carlos Hank González, maestro, abrevaron en el diplomático. Y desde entonces se habla del Grupo Atlacomulco.

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