Y lo hizo no con intenciones de fortalecer al campo, o de buscar el beneficio de las mayorías. Paredes sabe que está a punto de sufrir una derrota política que la colocaría fuera de la línea de las grandes decisiones. Sabe que su vocación por la traición es de todos conocida. Y sabe que por ello todos se unieron para buscar un dirigente partidista que hiciera todo lo que ella no ha hecho en toda su administración al frente del PRI. Así, el jaloneo dentro de las filas priístas con el presupuesto como eje, no es más que la demostración de que la sombra de la fractura la mantiene viva Beatriz Paredes.
Y que la actual dirigente del partido tricolor hará todo lo que esté a su alcance para quedar bien con el gobierno de Felipe Calderón, especialmente si con ello ayuda a romper las filas de un priísmo que lucha con desesperación para alcanzar algún grado de unidad que en verdad, le permita aspirar a tener posibilidades en las elecciones del 2012… Pero en tanto en el PRI encuentran el remedio que acabe con sus divisiones, en el sector público el escándalo en el IMSS amenaza con alcanzar niveles especiales. Ya las grabaciones que todos conocemos dejaron su saldo de especulaciones.
Y los afectados de una u otra manera, intentan rescatar algo de lo perdido. Los dañados quieren remediar la situación ya son silencios, ya con discursos y presentaciones de pasados impecables. Pero en el fondo, queda a la vista que en el terreno de las licitaciones, es mucho lo que nos falta, especialmente al momento de los controles efectivos, sobre la transparencia del sistema. Bastaría con recordar como la famosa llamada licitación 21 se convirtió en un escándalo que a Televisa no sólo no le resultó como estaba planeada, sino que a final de cuentas, le obligó a retirarse del proceso, con un saldo negativo de imagen a cuestas. Pero el problema no acaba en este punto. El tema adquiere una tonalidad más peligrosa cuando se toma en cuenta el hecho de que las grabaciones se han convertido en uno más de los instrumentos políticos empleados para hacer daño a los rivales.
Así, hay grabaciones en campaña, de Felipe Calderon con Elba Esther Gordillo; de los gobernadores con la misma profesora para “manipular” las elecciones presidenciales pasadas. Hay de gobernadores que sirvieron para acabar con la imagen de Mario Marín. Las hay de Luis Téllez sobre Carlos Salinas. Y las hay manipuladas, con las que se buscó afectar las elecciones en Veracruz. Pero lo que no hay es responsable de esas grabaciones que por ilegales, deberían provocar investigaciones serias de las autoridades respectivas. La PGR no ha resuelto nada. Y ello, se quiera o no, se convierte en un problema para las elecciones del año próximo, especialmente en el Estado de México, y para las presidenciales del 2012. Si la impunidad es lo que prevalece, es sencillo imaginar todo lo que puede suceder con las grabaciones como instrumento vital de los procesos políticos… Y en el DF se registró un nuevo estallido en instalaciones de la CFE.
Y un nuevo choque entre el gobierno de Marcelo Ebrard y la empresa de “clase mundial” que no ha podido con el paquete dejado por la CLF. La CFE que encabeza Alfredo Elías Ayub no puede en lo general y no puede en lo particular. Los usuarios, en casa habitación, les imponer recibos con cobros fuera de cualquier nivel razonable. Y a las quejas responde con una sonrisa y una abierta incapacidad. Pero en lo general, los apagones y la falta de capacidad para el manejo de los equipos, deja ver que la publicidad no responde a la realidad. La CFE es de “clase mundial”, pero sólo para elevar tarifas y provocar accidentes… Muy desafortunada la afirmación del Presidente Felipe Calderón ante las cámaras de la CBS estadounidense, durante la presentación del búnker desde el cual, supuestamente, se controla todo lo relacionado con la guerra a la delincuencia organizada. Aquello de que la idea nació de lo que vio en un programa de tv, por supuesto también estadounidense, y su frase de que “yo quería todos los juguetes”, se ha convertido en un problema más para la administración federal. Si en un problema tan serio como el de la guerra a la delincuencia organizada amerita este tipo de actitudes de parte del Ejecutivo Federal, podemos imaginar cómo se trata todo lo restante… Y el golpe llegado desde Managua en torno a que somos un país carcomido por el narcotráfico, deja ver con toda claridad, el tamaño del fracaso de nuestra política exterior. Y lo que falta.
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