Las dirigencias de los partidos políticos convirtieron en pachanga la armazón de la Asamblea Constituyente para la Constitución de la Ciudad de México. La sociedad ve el evento como un montaje para pasar del Distrito Federal a Ciudad de México. Termina el DF. Es de mero trámite.
Un día Miguel Angel Mancera dijo que se hará “una Constitución progresista”. No explicó. Pero es la bandera del PRD. Damián Alcazar, el actor, abre una invitación a que voten por él, pero quejándose de que “los políticos se agandallaron”, es el espíritu de MORENA todo es malo. El PAN hace lo mismo, hablan de hacer una Constitución que todo soluciona.
El constitucionalista Diego Valadez, Director del instituto de investigaciones jurídicas de la UNAM, precisó, La Carta Magna no es un documento ideológico sectario. La compilación que hizo el periódico Mi Ambiente destaca la posición de jurista Valadez. Son los derechos universales. Precisa que ya existe, está en el artículo 122 de la Carta Magna, falta su reglamentación.
Y los aspirantes a formar parte de la Asamblea hablan como si la Constitución de la Ciudad de México fuera la solución de los problemas, desde la corrupción, la seguridad, la educación y el empleo. Ignoran que los enunciados no son programas. Los políticos, incluyendo los que se dicen “no políticos” pero cobran igual, han convertido lo solemne, en escandalosa festividad.
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