Opinión

La línea de la Providencia Divina en la historia de México

Aarón Cortés Hernández
Pastor General de la Iglesia
Cristiana Interdenominacional, A.R. (ICIAR)

“¿Quién es sabio y entendido entre vosotros? Muestre por la buena conducta sus obras en sabia mansedumbre”. STG.3:13.

Desde principio del año expresamos a ustedes nuestra percepción de que el Señor de la Historia había intervenido en nuestra Patria, de manera providencial, para darnos conforme a su Palabra, tiempos de refrigerio.

En lo general sabemos que la Divina Providencia, es el cuidado que Dios tiene de sus criaturas, mayormente de los que creen. Es imposible no reconocer ese cuidado que el Señor Omnipotente de manera sensible deja ver en cada uno de los actos de los seres vivos, de los pueblos y de las naciones. Así nuestros padres en la fe lo reconocieron siempre y por ejemplo, en el año de 1953, en la revista Nueva Raza, en el número correspondiente al mes de Septiembre, en la página 5, apareció el artículo “Hidalgo y la Iglesia en la Guerra de Independencia”.

Quiera Dios que los hombres de buena voluntad y conciencia libre de prejuicios se unan a nosotros en la conclusión a que hemos llegado. La excomunión no fue lo que declaró a “Novedades” la máxima autoridad católica de nuestra Patria “una sombra en la vida del Cura de Dolores”, sino una mancha en la historia de esa iglesia.

¿Cómo podemos explicar hechos sucedidos en la historia de nuestra Patria? Solamente la línea de la Divina Providencia nos da un indicio de lo que intuimos, pero su Palabra nos confirma: “El muda los tiempos y las edades; quita reyes, y pone reyes; da la sabiduría a los sabios y la ciencia a los entendidos”. Es imposible dar aquí una relación íntegra de infinidad de sucesos que tienen que ver con la Providencia en los grandes movimientos de nuestra Patria, a saber: Independencia, Reforma y Revolución, pero sí es posible reconocer que el Dios que está al tanto de cada vida humana, ha estado presente en el desenvolver de México y las Naciones.

Dejemos a los historiadores como Jean-Pierre Bastian con sus libros: Los Disidentes; Protestantes y Liberales; y Protestantismo y Modernidad Latinoamericana, de Editorial Fondo de Cultura Económica, que documenten estas cosas, pero tomemos los cristianos, sobre todo de la Iglesia Cristiana Interdenominacional, la gratitud para entregarla “al que nos amó y nos compró con su sangre preciosa” y recordemos la trascendencia, valor y esfuerzo que la actividad de algunos creyentes decididos y competentes, prestaron a la Nación y nosotros enarbolemos la bandera del Evangelio, cuyo mensaje puede dar a México la liberación completa.

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