POR: Adolfo Montiel Talonia
La muerte acecha. La vida está en peligro en la carretera, el campo, en las ciudades, en las calles, en los restaurantes. La violencia gansteril y sangrienta nos tomó los lugares públicos. Llegó la delincuencia a matar gente adulta y niños de brazos, mediante bombas molotov. El cuadro de la fotografía en donde una ciudadana, una mujer, deambula en medio del tránsito, con el cuerpo quemado y las puntas de licra –tela-pegada en su piel. Esa mujer perdió a su bebe de 8 meses que murió por el fuego de un microbús incendiado.
Ocurrió en Guadalajara. Una banda de delincuentes enfrentó a la policía a balazos. Es inenarrable la escena. Hay historias terribles. El secuestro, asesinato y cenizas de tres jóvenes estudiantes de cine, fueron secuestrados en la carretera. En la ciudad de México abundan sucesos de muerte violenta, de manos de bandas de delincuentes. Tamaulipas, Chihuahua, y en todo el país e solo mismo.
Fácil remitirse a un culpable. A la mala policía. Pero hay las policías comunitarias o autónomas, creadas en municipios de Guerrero, de Michoacán, que varios políticos de izquierda protegen y fortalecen y son al servicio del narco. La violencia mata. Y llena de tragedia. Se me ocurren dos preguntas ¿Y los contrarios de legislar la acción militara? ¿ Y los derechos Humanos?
Comentarios Cerrados