José Narro Robles
Evidente que la paz interior se ha perdido. ¿Qué se hace de México? Al abrir es el nuevo año 2011, hemos destacado riquezas de los mexicanos. De admiración y placer es la comida mexicana, declarada por la Unesco, la ONU, Patrimonio Cultural de la Humanidad. Y no es comida chatarra, ni la industrial de empresas corporativas. Es de cocineros de Oaxaca, de Puebla, de Michoacán, de Veracruz, de Hidalgo o estado de México, el Distrito Federal tiene rincones con ricos alimentos. Son herencias de años, de siglos, recetas y secretos. Ah, que ricos y orgullo por multitud de platillos.
Y México es rico en su naturaleza, en su biodiversidad. Grandes litorales, con grandes mantos ricos de especies marinas, en flora y fauna. Tiene un territorio que como mosaico multicolor cuenta con desiertos, volcanes en ebullición y montañas de glaciares, mares, lagos, lagunas, pantanos, bosques, tierras pródigas de producción alimenticia, materia primas industriales, plata, oro, carbón y hasta el más ambicionado, el petróleo. Sí, como cuerno de la abundancia.
Pero la paz se perdió. El México de vida tranquila se ha perdido. El temor, el estrés, se carga a diario. La noticia es de nota roja, de sangre y muerte, bajo escenarios dantescos, llenos de crueldad y horror. Los jóvenes se pierden y caen en garras de las bandas del narco, de robo y del secuestro. La escala de valores se destruye. Voces de llamados hay, en torno a la juventud, sobre la educación. Por citar una, está la del rector de la UNAM, José Narro Robles. Como él hay muchos, nosotros en el periódico Mi Ambiente, también elevamos nuestra voz, tiempo, es aún, de recuperar el México pacífico y productivo. Con potencialidad para ser grande.
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