La ruta presidencial hacia el 2012 pasa por el estado de México, también por la capital del país, por los partidos, por ello los reacomodos gubernamentales para el control electoral, incluso en lo judicial; saldrá de la PGR, Arturo Chávez. Y eso se denomina política, la que ve con el Estado, la ciudadanía, es votar y elegir, es gobierno y gobernabilidad, es leyes y proyecto de nación. La política es todo, es forma y calidad de vida. Incluyendo la perversión maquiavélica; podrían acudir a grandes pensadores y arquitectos de Estado. Y el 2012 es esperanza, en México cada seis años surge la esperanza.
La esperanza está adelantada. Empieza con los políticos y con los partidos. Todos se mueven y se enfrentan. El PRD con Andrés Manuel López Obrador entraron en un cisma, por varias causas, la principal es que en tres semanas se cambia a la dirigencia nacional, que en confusión y traición, (dicen representativos de izquierda) puso al PRD con la derecha del PAN; la elección de gobernador del Edomex provoca el estallido, AMLO mantiene la bandera de izquierda, con Alejandro Encinas y la campaña mexiquense será su plataforma para la candidatura presidencial. Aunque pidió licencia, por estrategia; pero nunca renunciará. La definición perredista será el 19 de marzo.
En la línea aliancista de PRD y PAN está el genio ideático Manuel Camacho, con la máxima de impedir que el PRI gane, empezando en Edomex y culminando en la Presidencia de la República. Conjugando la fijación del Presidente Felipe Calderón, por no entregar la banda presidencial al del PRI, a Enrique Peña Nieto. Los aliancistas van contra el tricolor. El camachismo ya ve doble opción, la candidatura presidencial de Marcelo Ebrard, por el PRD y la opción al calderonismo, de detener al candidato del PRI y facilitar el camino y la entrega a Ebrard. A AMLO lo ven fuera. Pero en 30 días cambia el escenario. Todo es política. Lo es en el futuro del gobierno y del país.
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