La década, alrededor, de 1910 debiera ser la celebración de la izquierda como gobierno y como instituciones. México está en ese inserto ideológico gubernamental. Porque es la Revolución Mexicana, que culmina con el Congreso Constituyente de 1917, y con una Carta Magna revolucionaria y un proyecto social muy avanzado, popularmente se exaltaba diciendo, en las aulas donde se leía a los clásicos del pensamiento revo-lucionario en torno a Marx, que nuestra Constitución del 17 era la más avanzada en el mundo. Y con orgullo se exaltaba la presencia, la acción y la lucha de Constituyentes de Izquierda, una pléyade de ideólogos.
Arrancó en 1910. México fue el líder latino, con grandes pasajes como el Cardenismo. Antes, el gran histórico, el Juarismo. Se exalta a Mandela por un mundial de futbol en Sudáfrica. México ha sido sede y celebración de Juegos Olímpicos, de Universiadas, de dos mundiales de futbol. Con etapas brillantes de desarrollo estabilizador, de los 50 y 60. Siempre presente, una izquierda, aguerrida hasta en lo cultural, como Diego Rivera, David Alfaro; el muralismo. Y la literatura o filosofía. Marx viviente. El 68, reciente, lo secuestro y se apoderó de él la izquierda.
Entre blanco y negro. Un sistema político. Constructivo de instituciones. Hasta en lo electoral, con voluntad política el gobierno priísta, de Carlos Salinas, sumado a grupos políticos demandantes, como el encabezado por Cuauhtémoc Cárdenas, se creó el Instituto Federal Electoral, pasando políticos de la talla de Emilio Chuayffet, el artífice, para con Ernesto Zedillo darse autonomía y ciudadanización, también otro personaje, José Woldenberg. Hoy se celebran 20 años del IFE y de un proyecto electoral ciudadano. Por desgracia la ciudadanización la corrompieron los ciudadanos – electorales y los partidos. También se creó la Comisión Nacional de Derechos Humanos.
Lo peor, de todo, es el entierro de la izquierda en México, con la alianza con el PAN, ideológicamente inconfundible de derecha y del capitalismo absoluto. El Centenario de la Revolución es el triunfo del PAN, con la adherencia del PRD. El proyecto capitalista gana históricamente. Sólo Andrés Manuel levanta la bandera de izquierda. Es un líder de ideología atropellada, pero levanta y enarbola una historia de México. Hoy enterrada, con la adherencia al panismo, por el poder mismo, en víspera del Día de Muertos. Celebra Manuel Gómez Morín.
Comentarios Cerrados