POR: Adolfo Montiel Talonia
El Ejército y la Marina son las Fuerzas Armadas, preparadas para combatir. Para atacar y disparar. Pueden hacerlo en defensa del territorio mexicano. Constitucionalmente no son policías. Ni son preparados como investigadores. Resulta que la policía fue superada por el crimen organizado, hampa, bandas y narco. En paralelo surgieron organismos de Derechos Humanos combatientes de abusos policiacos, defensores de delincuentes.
Una acusación de Derechos Humanos implica el posible despido, hasta cárcel. El crimen aumentó y las bandas se multiplicaron. Un Presidente ocurrente, Felipe Calderón, sacó al ejército a combatir la delincuencia. Falló. Enrique Peña Nieto mantuvo la misma línea.
La izquierda tremenda criticó siempre el usar a las Fuerzas Armadas, soldados y marinos. Andrés Manuel López Obrador, de la izquierda, Seguirá con el Ejército en las calles.
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