POR: Adolfo Montiel Talonia
Bienvenido señor Presidente de México. Ahora todo será su responsabilidad. No caben justificaciones y menos echar culpas al pasado. Los discursos del mandatario, Andrés Manuel López Obrador, tienen una fijación, se desliga de autoritarismos y de reelección.
Dicen que el que en pan piensa es que hambre tiene. Esa obsesión de deslindarse, continuamente del socialismo, asegurando que no estatizará. Eriza la piel a los empresarios.
El discurso más sobresaliente fue la referencia del neoliberalismo. Arremetió contra los 30 años del neoliberalismo. Y la pregunta es qué substituye; neoliberalismo, pues el estatismo, el socialismo. Ese es el punto débil de López Obrador.
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