POR: Adolfo Montiel Talonia
Hay un sujeto que no sabe de símbolos. Ni de identidad. Bueno, no sabe del valor de la palabra; él no la tiene. Es el presidente de la Cámara de Diputados. Se llama Mario Delgado. Es diputado por el partido MORENA. Es un legislador de calificación mediana y de escasos valores legislativos. Y es sumiso a los dictados políticos de Estados Unidos. El gobierno de aquel país somete a México.
El gobierno gringo advirtió que México moderniza la ley laboral o no daban trámite al convenio comercial. Y en cuestión de horas convocaron a los legisladores para actualizar la ley. Mario Delgado no tiene identidad. No tiene palabra. Es el diputado que repitió lo que el Presidente Andrés Manuel López Obrador, de que cancelería Reforma Educativa, “No quedará ni una coma”. Su postura resulto de risa. La ley está en manos de los maestros de la Coordinadora.
En afán de aparecer en la prensa, Mario Delgado, habló de charrismo. Uso adjetivos de menosprecio para denigrar la identidad nacional. El símbolo de identidad nacional, que es la charrería, la denigro, en el mundo, donde exista un sombrero charro, se sabe que es México. La sumisión del diputado Delgado se muestra en su trabajo. Dejó, sin protestar, que el Presidente, López Obrador, impusiera a un militar en la seguridad pública. Mario no tiene identidad.
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