POR: Adolfo Montiel Talonia
Andrés Manuel López Obrador anda en otra campaña. No es electoral. No es por buscar votos. Estos los obtuvo arrolladoramente el pasado 1 e julio. Anda recorriendo el país. Lo hace por agradecimiento. Va de mitin en mitin. En reuniones con los sectores representativos de la sociedad. Y la gente acude. Va con la esperanza de recibir algo. El Presidente electo va emocionado, con enorme corazón y va ofreciendo: Becas, universidades, para todo y todos tiene. Con los sectores económicos ofrece inversiones de miles de millones de pesos.
Pero las cuentas y el presupuesto público ya no le salieron. Está sobregirado. Y se disculpó, sobre no poder atender todas las demandas. Garantizó que cumplirá las demandas ofrecidas en la campaña. Para explicar su postura hizo un galimatías. Habló de un México en bancarrota. Señaló que tiene 30 años con el neoliberalismo. Su exposición recibió críticas. Y desmentidos. AMLO no cambia. Arremetió contra sus críticos. Hasta con la prensa que denominó “Fi fi”.
Se va ensombreciendo la transición que empezó amorosamente. Con disposición de Peña Nieto, postura que agradeció López Obrador. Los tiradores por consigna, como Mario Delgado van apareciendo. Difícil vaticinar el futuro.
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