Adolfo Montiel Talonia
Miguel Nazar Haro fue un gran policía. Le pregunte ¿Si lo pusieran al frente de la policía que se le ocurriría para contener tanto secuestro. Eran los años 80. ¡Ya me corrieron. ¡Ya no me ponen! Así me contestó a la pregunta que le hice, en un café. Nazar Haro perteneció a la corriente de la policía “fina”. Reprimía porque había que imponer el orden. “eran caballeros”, como Fernando Gutiérrez Barrios.
Fue una época violenta y sangrienta políticamente. Después de las marchas del 68 y el uso del Ejército para detener el movimiento. Surgieron las guerrillas. Ya había antecedentes con Genaro Vázquez y Lucio cabañas, en Guerrero y más por la región, de Guerrilla de años. Ligas de guerrilleros inhumanos, como la “”23 de Septiembre”. Matar por matar.
La anécdota viene en razón de los secuestros. Y el interrogante a un policía. Decidió señalar una estrategia. Anunciaría la creación de un super comando para combatirlos. Para que fructifique una investigación hay que apartar los “espontáneos”. Esos caen solos. El crimen organizado es otra cosa. México es presa de la violencia sangrienta. Y se hizo gran propaganda de combate. Alfonso Durazo, el titular de la seguridad pública, gastó la pólvora en infiernitos. Mucho bla, bla. Nazoar Haro viajó en el avión en que viajaron los guerrilleros deportados a Cuba.
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