POR: Adolfo Montiel Talonia
En política es más fácil el aventurismo y la frivolidad impera y se ignora un proyecto político nacional. La política es veleidosa y voluptuosa. No hay palabra comprometida, lo que abunda es la palabrería. Es la frivolidad, sometida al pensamiento cotidiano, de la literatura insostenible, pero se predica como la “Chimoltrufia, de así como digo una cosa, digo otra”. México no escapa a esa expresión común. Estos tiempos, de la heroica gesta electoral, la más grande en la historia, fue burdamente flagelada, por aventureros políticos.
Margarita Zavala, de limitada vida política, con la presentación de haber sido esposa del Presidente Felipe Calderón, se envolvió en la bandera y se lanzó como candidata independiente la Presidencia de México. Se echó una aventura, por su escasa madurez. Entró con un paquete de firmas dudosas. Se registró. Se retrató. Y se cumplía el ritual de imprimir millones de boletas. Margarita vio que no la iba a hacer. Y renunció. Toda la papelería quedó alterada. Toda la estructura del Instituto Nacional Electoral, INE, se cimbro. Será histórica, por la aventura de Zavala.
Aventureros Armando Ríos Viter. Hasta Jaime Rodríguez, El Bronco, lo es. Andrés Manuel, del doble discurso, Autodesmintiéndose. Han manchado el proceso electoral más grande. Hasta Andrés Manuel es símbolo de aventurismo. En este ramo de políticos, aspirantes presidenciales, uno es vertical. No rompe con el Presidente Enrique Peña Nieto, es José Antonio Meade. Es vertical. Es de palabra comprometida.
Interrogaciones:
Una pregunta ¿La televisión regirá la elección?
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