Opinión

La revelación de Dios a través de su Creación

Por Noé Díaz Alfaro

Dios creó los cielos y la tierra como una manifestación de su gloria, poder y majestad; revelándose como el único y verdadero Dios, a fin de que su pueblo le reconociera como el Hacedor de maravillas, y no fuera tras dioses ajenos, sino que supiera y entendiera que Jehová es Dios, y que fuera de Él, no hay más. “Porque así dijo Jehová, que creó los cielos; él es Dios, el que formó la tierra, el que la hizo y la compuso; no la creó en vano, para que fuese habitada la creó: Yo soy Jehová, y no hay otro” (Is.45:18).

En esta revelación que Dios hace de Sí mismo a través de su creación, Él se manifiesta como un Ser personal pues deja ver sus pensamientos, sentimientos y voluntad. Dice Jehová el Señor: “…porque yo soy Dios…que anuncio lo porvenir desde el principio…que digo: Mi consejo permanecerá y haré todo lo que quiero; que llamo desde el oriente al ave, y de tierra lejana al varón de mi consejo. Yo hablé, y lo haré venir; lo he pensado y también lo haré” (Is.46:9-11).

Saber que Dios es un Ser personal nos mueve a adorarle y a clamar a Él. Dios recibe nuestra alabanza y escucha y responde nuestras oraciones. Él es real. No es así con los ídolos, que son plata y oro, obra de manos de hombres. “Se lo echan sobre los hombros, lo llevan, y lo colocan en su lugar; allí se está, y no se mueve de su sitio. Le gritan y tampoco responde, ni libra de la tribulación. Acordaos de esto,…yo soy Dios, y no hay otro Dios, y nada hay semejante a mí,…” (Sal.115:3-8).

A través de su creación Dios se revela como el Dios Trino. Por ello, al afirmar que en el principio creó Dios los cielos y la tierra, reconocemos que el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo crearon los cielos y la tierra. Así que, el Dios Trino que dice: “Hagamos”, “Descendamos”, es el mismo que interviene y participa en cada uno de los momentos y actos de la creación. Esta relación Trinitaria el apóstol Pablo la refiere así: “Porque en él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades; todo fue creado por medio de él y para él” (Col.1:16).

Y concluye: “para nosotros, sin embargo, sólo hay un Dios, el Padre, del cual proceden todas las cosas, y nosotros somos para Él; y un Señor Jesucristo, por medio del cual son todas las cosas, y nosotros por medio de Él” (1Co.8:6).

Refiriéndose a la coparticipación del Espíritu Santo en la creación, el salmista declara: “Envías tu Espíritu, son creados, y renuevas la faz de la tierra” (Sal.104:30). Y Génesis 1:2 dice: “…y el Espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas”.

De esta manera, la revelación del Dios Trino a través de su creación, nos lleva a declarar: Llamamos Divina Trinidad a Dios, confesando que en la unidad del Ser divino hay tres personas diferentes: Padre, Hijo y Espíritu Santo, quienes son consustanciales, coeternos y coiguales.

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