El secuestro de Diego Fernández de Cevallos es por supuesto, el punto de quiebre sobre el cual habrá que redefinir muchas cosas en la llamada guerra contra la delincuencia. Y no se trata de convertir al controvertido panista en un mexicano fuera de lo normal. El punto es simple: la situación es ya, diga lo que diga el gobierno, algo insostenible. En el momento en el que el régimen intentaba hacernos creer que los avances son enormes y que todo en el desánimo de la sociedad se reduce a un simple “problema de percepción”, se registra el ataque a uno de los políticos de mayor impacto, positivo y negativo, de los últimos tiempos. Y entonces, queda claro que la sociedad está totalmente desprotegida. Y que la “percepción” del gobierno nada tiene que ver con la realidad. O que la percepción de la sociedad responde cabalmente, a la problemática del diario acontecer en el país. Así, lo primero que salta a la vista es que la estrategia oficial para poner fin al dominio de los cárteles de la droga es un fracaso. Que las promesas hechas se han perdido en el tiempo. Y que los compromisos de las autoridades de todos los niveles, están por supuesto, fuera de la realidad. Salta a la vista que, diga lo que diga el gobierno, los encargados de brindar seguridad a la sociedad, no pueden con el paquete y que sus confrontaciones y diferencias sólo favorecen a la delincuencia. No puede por supuesto, olvidarse el hecho de que la batalla contra el crimen organizado se puso en manos de los mismos que en el gobierno de Vicente Fox entregaron cuentas más que pobres. Así, el caso Fernández de Cevallos, lamentable por supuesto, no es importante por el personaje, sino por el hecho de que está claro que no hay temor de la delincuencia, que no hay límites en su accionar y que el gobierno no cuenta con una estrategia realmente adecuada para hacer frente a este problema… Pero eso no es todo. México pasa a ser el paraíso de los secuestros. Y nada detiene el fenómeno. Cualquier persona está expuesta a ser víctima de uno de los crímenes que más daño hace a la sociedad. Y las preguntas saltan una tras otra. En el caso de Fernández de Cevallos ¿por qué no hubo demandas de los secuestradores y es la familia de la víctima la que llama a las negociaciones? ¿Debido a qué la PGR no atrajo el caso de manera inmediata? ¿A qué se debe que el gobierno dejara abierta la puerta a las especulaciones de todo tipo? El problema es enorme. Tanto como la incapacidad… En tanto, en Yucatán se inició el período de elecciones con un proceso de renovación de alcaldías y Congreso local. Y el PRI salió airoso en posiciones sobre las que el PAN ejercía un poder ya viejo. Pero lo importante no es el resultado que, de muchas maneras ya se esperaba. Lo importante es la actitud de la dirigencia panista. Quejas, gritos y movilizaciones que hacen recordar a Andrés López al término del conteo de votos en 2006. No hay aceptación del fracaso. Gritos, acusaciones y desmanes. Y esto es el aviso de lo que hará el PAN a lo largo y ancho del país si como dicen las encuestas, en las elecciones para doce gubernaturas en julio próximo las cosas no resultan bien para el partido en el poder. Nada de reconocer o aceptar. Ataque y manifestaciones para llevar los procesos a la autoridad electoral, para ver si es posible ganar así lo que no les den los votos… En su reciente viaje a Europa el Presidente Felipe Calderón autoelogió la estrategia de su gobierno para hacer frente a la crisis económica. Y al mismo tiempo que habló del éxito de la misma, dijo que se había implementado a pesar del poco apoyo político recibido, en una crítica abierta a los priístas. Pero el presidente olvida un par de detalles que tendrían que ser aclarados. La primera de ellas es que si se refiere a la falta de reformas para dar fortaleza a la nación, tendrá que hacer memoria para aceptar que en la primera mitad de su gobierno, el PAN contó con la mayoría en el Congreso. Y no se presentaron proyectos para avanzar en ningún caso. Y si se refiere a lo sucedido a finales del año pasado para dar vida a los impuestos del presente ciclo, habrá que recordar que su partido, con su Secretaría de Gobernación como parte fundamental, firmó un acuerdo político con el PRI de Beatriz Paredes y Enrique Peña Nieto para cambiar impuestos por acciones electorales para favorecer al gobernador del Estado de México. La acusación lanzada por el presidente es fuerte. Pero totalmente incompleta. Y así, pasa a ser un ataque de corte electoral, más que un informe real para los mexicanos… Y Francia pidió, otra vez, que de acuerdo a los convenios de Estrasburgo, se entregue a las autoridades galas, a Florence Cassez. Y Felipe Calderón se negó de nueva cuenta. Pero el problema se mantiene. Y tendrá sus costos.
Comentarios Cerrados