“Y las estrellas del cielo cayeron sobre la tierra, como la higuera deja caer sus higos cuando es sacudida por un fuerte viento” Apocalipsis 6:13
El suceso que está previsto por la Biblia que es la Palabra de Dios, en un futuro, es todo un acontecimiento cósmico de proporciones nunca vistas. Lo acontecido en Rusia no es nada comparable con lo que vendrá, sin embargo estamos comentando estas cosas no para asustarlo, sino para decirle la verdad de la Palabra de Dios.
La catástrofe está precedida de una persecución que nunca antes tampoco se ha visto, en contra de los seguidores de aquellos que estiman la Palabra de Dios y guardan su testimonio, de tal manera que aún muertos por la vía del martirio clamarán diciendo ¿Hasta cuando, Señor, santo y verdadero, no juzgas y vengas nuestra sangre en los que moran en la tierra? Apocalipsis 6:10
Es entonces cuando literalmente la tierra será sacudida con grandes cataclismos, pues todo monte y toda isla se removió de su lugar ¡Ay Puerto Rico, Cuba, Australia!
Un temor muy lógico se apoderará de todos los moradores de la tierra, pero ni siquiera los grandes de la tierra tendrán donde protegerse ¿qué será de los pobres?
Una cuestión sin embargo queda muy clara, el mundo sabrá que cuando ocurran estas cosas tan terribles se deberá al juicio divino, porque se referirán al Cordero, sí precisamente a aquel de quien el Bautista dijo: “He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo”. Jn. 1:29
De pronto se darán cuenta de que están siendo juzgados, por eso le prevenimos que no se deje sorprender de agoreros ni de falsos profetas, el día del Señor vendrá.
Aquellos que tengan la desgracia de vivir en esos días serán conscientes de que están siendo juzgados y de que no hay lugar donde esconderse.
Esta es la utilidad de la Profecía Bíblica, la cual no tiene el propósito de amenazarlo o de atemorizarlo, sino el de prevenirlo. En los tiempos del profeta Nahúm, lea usted por favor en su Biblia el capítulo primero de este libro, en los versículos 5 al 7, cuando ocurrió un suceso parecido, aquella gente tuvo la sensibilidad para reconocer que Dios es nuestra defensa.
En esto está precisamente la bendición de compartir con usted estas líneas, nuestro Señor Jesucristo es nuestro Salvador, en el presente y en el futuro inmediato, toda persona que se refugie bajo su protección no tiene porque temer.
Es imposible que no advirtamos que el mundo por muchas razones se está enfilando vertiginosamente a un cataclismo espantoso. El asunto del cambio climático no debe ser tomado tan a la ligera, es el momento de que todos tomemos conciencia de lo que puede venir. Pero otra vez la apelación a su alma, hay remedio para todos los males habidos y por haber.
El Evangelio es la grande bendición de parte de Dios para la humanidad, es dulce para quienes lo escuchan y lo aceptan obteniendo así la garantía de la salvación; sin embargo para quienes lo rechazan esta misma dulzura se convierte en una amarga realidad porque absolutamente cierto que el juicio y la condenación que pregona, se recibirá por aquellos que no lo creen y lo rechazan.
¿Qué veremos el día de mañana? ¿qué verán nuestros nietos? Tocante a un planeta que cada día se acerca a su máxima capacidad, pronto la tierra estará en cuanto a su población mundial al tope, se calcula que esto será en 2050, pero el tiempo se pasa muy rápido, más rápido de lo que nos percatamos.
Crea a Dios, crea a la Biblia que es la Palabra de Dios, crea a Jesucristo.
*Pastor General de la Iglesia Cristiana Interdenominacional, A.R. ser@iciar.org
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