Ricardo Chávez,
Colaborador invitado
Cosa que ya va siendo más común en los andares de la América Latina y del Caribe, recogiendo los sueños y anhelos de los próceres revolucionarios independentistas del siglo XIX, quienes buscaron profundizar una verdadera independencia de las jerarquías monárquicas españolas, a través de canalizar por toda América Latina y el Caribe, la unidad de las nacientes repúblicas americanas independientes, con la bandera de una política integracionista, desde México a Argentina y del Pacifico a las costas atlánticas del Caribe.
Sueños que florecían en las mentes revolucionarias de Simón Bolívar, José Martí, Francisco de Miranda y José María Morelos y Pavón, quienes, de alguna forma, sembraban en las tierras americanas las semillas por la libertad y e integración de América Latina y el Caribe, sueños que se vieron reflejados en el encuentro del congreso anfitriónico celebrado en Panamá, en mayo de 1826, esta alborada de integracionista de las nacientes repúblicas latinoamericanas buscaba su integración territorial, económica y política, así como social, sin la presencia de Estados Unidos.
Estos sueños y anhelos integracionistas de las naciones y pueblos latinoamericanos y caribeños se hacen realidad con el triunfo de la primera revolución socialista en América Latina y el Caribe (después de la Revolución Haitiana), que se declaró territorio libre de América, la que ha sobrevivido, aun ante el férreo bloqueo económico impuesto por los Estados Unidos, abanderado contradictorio del libre mercado, a pesar de esta injustificada política de bloqueo económico. Esta revolución socialista cubana abrió el camino y lo abonó para que, décadas después, llegaran al poder algunos países latinoamericanos con proyectos económicos y sociales, democráticos, populares, alternativos al modelo de mercado neoliberal, demostrando que otro mundo es posible, bajo la bandera de un mercado solidario, instrumentado por gobiernos con economías alternativas al neoliberalismo.
Estos gobiernos, nacidos de profundos procesos de lucha popular que llegan al poder a través de los procesos electorales, legitimados con el voto popular que se han generado en estas últimas décadas, en países gobernados por dictaduras militares, ahora son florecientes gobiernos populares y democráticos como el de Argentina, Chile, Ecuador, Bolivia, Uruguay, Nicaragua y El Salvador, surgido de fratricidas guerras nacionales contra la opresión dictatorial Brasil, producto de un movimiento popular agrario; en el caso de Venezuela con movimiento popular electoral que bajo la presidencia del finado Hugo Rafael Chávez Frías, se transformó en 14 años de gobierno en una revolución socialista bolivariana que hizo realidad los sueños integracionistas de Bolívar, Martí, Francisco de Miranda y José María Morelos y Pavón con su economía solidaria, haciendo uso común de los energéticos e hidrocarburos, apoyando las economías emergentes de Cuba, Ecuador y Bolivia demostrando que otro mundo es posible frente a la economía de mercado motor del neoliberalismo.
Chávez Frías, héroe de la Republica Socialista Bolivariana de Venezuela, es un ejemplo que de todavía se puede y es posible llegar a incursionar por los caminos hacia el socialismo, después que se había considerado a la revolución socialista de Cuba, como la primera y la ultima revolución socialista en América Latina y el Caribe, por parte de los detractores del socialismo.
Ante el fallecimiento de Chávez Frías, después de un minuto de silencio, toda una vida de lucha por el socialismo.
¡Hasta la victoria siempre!. Gracias.
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