En ocasión de la renuncia de Fernando Gómez Mont al PAN, recordamos el viejo dicho: “Ni falta el que se va, ni sobra el que se queda”. Pero añadíamos, depende de quién se va y de quién se queda. Hoy lo recordamos ante la salida de Gerardo Buganza del Partido Acción Nacional, motivada por el agravio evidente de que fueron víctima sus correligionarios, su familia y él mismo, por la designación, por razones claramente identificables, de Miguel Ángel Yunes Linares, como candidato al gobierno del estado de Veracruz. Agravio perpetrado por quien puede causarlo, nunca por los subordinados.
Se va Buganza, un joven valioso sin discusión. Sus merecimientos, calidad como persona y como militante, carrera política, vocación, lo hacían un prospecto ampliamente competitivo a la titularidad del Poder Ejecutivo de su estado. En la organización política de la cual sale se queda… se quedan, bueno, ya sabemos quiénes se quedan.
Nos habíamos preguntado también, dónde están los valores del partido blanquiazul, obligado a acudir a alianzas cuestionables en muchos ámbitos, pero sobre todo, al interior de sus filas mismas. Dónde están los dirigentes y cuadros formados en la ideología y los principios que lo sustentan, que sustenta. Dónde están los militantes que honran a sus fundadores, a hombres de firme convicción ideológica como Manuel Gómez Morín. Sin duda don Manuel se revuelve en su tumba cuando mira, al paso de los años, que el partido fundado por él y otros como él, arroja al baúl de los “inservibles”, a sus mejores hombres para sustituirlos por candidatos prestados.
En fin. Gerardo Buganza no necesita al PAN para continuar un camino ascendente. Cordobés de buena cuna, en lo moral, Gerardo seguirá cosechando éxitos en todo aquello a que se dedique. En cambio su expartido tarde llegará a la convicción de que se equivocó, una vez más, en la selección de sus candidatos a las gubernaturas, y otros cargos, que se disputaran en julio de este año.
Como dice mi amigo y maestro Froylán Flores Cancela, editor del semanario xalapeño Punto y Aparte, “a otra cosa mariposa”. Justamente un veracruzano distinguido, César Turrent Fernández, vuelve a la dirección del Centro de Estudios para el Desarrollo Rural Sustentable y la Soberanía Alimentaria (CEDRSSA), de la Cámara de Diputados.
Sustituye en el cargo al doctor Sergio Barrales Domínguez, quien cumplió cabalmente con las tareas bajo su responsabilidad al frente de un grupo de académicos de primer nivel. De sus tareas hablamos en este espacio, con toda oportunidad. El doctor Barrales pronto se reintegrará a las actividades académicas en su Alma Mater, la Universidad Autónoma de Chapingo.
César Turrent también es ingeniero agrónomo por la misma institución, y es doctor en Ciencias Agronómicas por el Institut National Agronomique Paris-Grignon, de Francia, en el cual alcanzó mención honorífica en su examen de doctorado. En su desempeño repetirá los muy buenos resultados de 37 años de actividad profesional, 17 de ellos en el sector público.
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